La contracultura son los valores, tendencias y expresiones sociales que se anteponen a los valores culturales e ideológicos establecidos por la sociedad. Dichas expresiones se generan ante el rechazo y la falta de oportunidad de diversos sectores que no se sienten “representados” por las expresiones “oficiales”.
La reciente aparición de la película “Ya no estoy aquí”, en uno de los principales servicios de transmisión vía internet, retrata la realidad de un grupo de jóvenes de la contracultura “kolombias” o “cholombianos” de Monterrey, ha abierto un debate que se agudiza con los terribles hechos sobre racismo que se presentaron en Estados Unidos y que han sacudido al mundo.
Este movimiento se fue gestando en las colonias marginales de la capital regia, que detona en la primer década del 2000 y en el que los jóvenes adoptaron la vestimenta de los “cholos” con prendas de vestir muy grandes y que fusionaron con el gusto por la música colombiana de cumbia y vallenato “rebajadas (a tempo lento) que fue generando expresiones propias en músicos célebres como el tristemente recién fallecido Celso Piña y grupos como “El gran silencio” y una gran cantidad de agrupaciones locales no tan difundidas.
El éxito de “Ya no estoy aquí” en el streaming y en varios célebres festivales internacionales (donde incluso ganó galardones) generó una áspera discusión sobre todo entre la gente “bien” de Monterrey, que se sintió ofendida por verse representada a nivel mundial por esta expresión contracultural.
Me causó estupor, por decir menos, conocer el término “chirigüillo” o “chiriwillo”, que es la manera regia de referirse despectivamente a alguien que no es de Monterrey, que no es de piel blanca y que, según ellos, tiene poca preparación. Lo más cercano que pudiera encontrar, es el término “naco”, también bastante clasista y de uso más nacional.
Es ésta una muy buena oportunidad para replantear la discriminación y reconocernos como un país en el que si no tienes tez blanca, si eres indígena, si no vistes “adecuadamente” o si eres pobre, las oportunidades de desarrollo personal y la justa aplicación de la ley, probablemente te serán denegadas.
“Ya no estoy aquí” es una excelente película, una obra para repensarnos como sociedad y para encontrar virtud en aquello que nos hace diferentes.
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