Si medimos la carrera de Cristiano Ronaldo en función del valor que tienen sus 700 goles, nos encontraremos frente a uno de los atletas más rentables en la historia de cualquier deporte. Cada una de sus anotaciones con los diferentes equipos en los que marcó ofrecieron rendimiento en puntos, victorias, títulos, patrocinios, taquillas, coberturas y seguidores. Podemos establecer que es el goleador mejor pagado, pero al mismo tiempo, es el más barato. Porque no hay dinero capaz de comprar la cantidad de atributos deportivos, comerciales y emocionales que producen tantos goles en las ligas más competitivas del mundo, fabricados por una persona. Es verdad que el futbol es un deporte colectivo, pero también lo es, que jugadores tan determinantes como Cristiano, hay muy pocos en cada época. Si convertimos el precio del gol en una medida de inversión para producir grandeza, tendríamos que tasar a Cristiano como una de las empresas más sólidas del deporte mundial: en sí mismo, más que un deportista, es una firma capaz de generar valor. Quien pagó por sus servicios recibió a cambio una cuota de goles garantizada por temporada, algo imposible de encontrar en el mercado actual. Tomemos en cuenta, además, que una buena parte de esos goles fueron hechos cuando más se les necesitaba. A la póliza de productividad que ofrece, hay que agregarle un sello de calidad. Nunca se vieron tal cantidad de goles con tanta calidad; no solo por la estética, sino por su relevancia y oportunidad. Esa consistencia y eficacia en el momento clave del futbol, meter la pelota dentro de la portería, es la que le convierten en uno de los goleadores más importantes de todos los tiempos. Cada centavo puesto en el factor Cristiano ha sido recuperado y multiplicado. Lo saben los portugueses que lo criaron, los ingleses que lo vendieron, los españoles que lo usufructuaron, los italianos que lo bursatilizaron y las marcas que lo comercializaron. Nadie ha perdido dinero con Cristiano, todos salieron ganando.
El precio del gol
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José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo
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