La historia del futbol inglés puede contarse desde cualquier ángulo: sus clubes son pioneros, fundadores, reguladores, organizadores, revolucionarios, promotores, legendarios, emblemáticos y campeones, pero sobre todo son demócratas.
El más universal de los deportes puede explicar esta condición a partir de la estructura del futbol inglés: el futbol es de todos y para todos.
No hace falta detenerse a leer sus viejos pergaminos, hoy interpretados como contratos, reglamentos y licencias, sino observar con detenimiento todas sus competiciones, su gestión del patrimonio y su estricto apego al espíritu deportivo: en Inglaterra todos los equipos tienen derecho a competir sin importar el tamaño, el presupuesto o la categoría.
Uno de los momentos que mejor describe esto es el tradicional sorteo de Copa en el que las ciudades más pequeñas esperan competir contra las más grandes, convirtiendo el futbol en un alegre distribuidor de riqueza.
La última lección de este auténtico pluralismo deportivo la ha dado el señorial Luton Town, un club al Este de Inglaterra fundado hace 138 años ante el cual debemos quitarnos el sombrero. Los “Sombrereros” del Condado de Bedfordshire jugarán la próxima semana por el ascenso a la Premier League en el campo de Wembley, como manda la tradición.
La historia cobra valor al mirar atrás: hace diez años, en 2013, el Luton jugaba en la quinta división inglesa; ascendió a cuarta división en 2014, a tercera en 2018 y a segunda división en 2019 donde se ha mantenido los últimos cuatro años.
Pasando por todas las categorías del futbol inglés, el Luton, que nunca ha jugado en la Premier, explica uno de los grandes milagros del futbol: el ascenso.
Cuando decimos que la Premier League es la Liga más rica, poderosa y valiosa en la historia del futbol mundial, nunca nos detenemos a pensar en la humildad, sencillez y justicia deportiva con las que fue creada.