La pandemia, sus efectos y el mal manejo de los mismos traen de cabeza a la economía mexicana mientras el conductor de este ferrocarril llamado México nos distrae con sus temas políticos y consultas a modo para desviar la atención de lo sustantivo.
En lo que va del primer semestre del 2020 y haciendo un ejercicio comparativo versus 2019, nuestro comercio exterior presenta la siguiente instantánea:
Tanto las exportaciones como las exportaciones se han desplomado en casi un 20% y por ende el comercio total de México con el mundo presenta una cifra similar. Se entiende que esto es una contracción debida esencialmente a la desaceleración económica resultante de la pandemia covid-19, pero no es el único factor. La economía nacional ya venía débil antes de la pandemia.
El tipo de cambio del peso frente al dólar de los Estados Unidos en este primer periodo, se ha depreciado en un 12% y contando.
Entró en vigor el T-MEC pero todos sabemos que no será la panacea para enderezar el rumbo ya que hay factores externos que nos afectan pero también hay mucha tarea interna que no hemos hecho nada bien.
La falta de certidumbre jurídica es quizá uno de los factores que más le pegan a los capitales para la inversión extranjera directa (IED) que también cayó en este primer periodo en 0.7%. Las cancelaciones de inversiones por las razones que sean impactan negativamente a los inversionistas. Entre ellas el que sería el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, la inversión de la planta cervecera en Mexicali, son dos ejemplos de inversión extranjera que mandan señales nocivas a los capitales.
Qué decir del PIB a quien las cifras más conservadoras pronostican una caída del 8%, mientras tanto nos quieren distraer y apartar de nuestras crudas realidades.
¡Viva México!