El Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá, ya aprobado tanto por México como por los Estados Unidos y en proceso de hacerse por parte de Canadá, se estima que podría entrar en vigor a partir del 1 de julio de este año, asumiendo que Canadá lo hará en los días por venir.
Así las cosas, vale la pena comentar algunos aspectos relevantes del TLCAN, predecesor del T-MEC y es de resaltarse el enorme impacto que ha tenido el Tratado saliente en el comercio regional entre estos tres países. En primer término, baste decir que como Tratado de Libre Comercio -T-MEC ya no registra esa condición-, su vigencia era indefinida, aunque efectivamente mantenía un articulado que abría la posibilidad para revisarse, mientras que en el T-MEC se establece un periodo de revisión sexenal.
Por otro lado, se supone que el T-MEC es una versión mejorada y actualizada del TLCAN, ya que se le han incorporado diez nuevos capítulos como el 7 que trata de aduanas y facilitación del comercio, el 12 que se relaciona con anexos sectoriales, por su parte en el capítulo 19 se habla del comercio digital, mientras que del 23 al 28 se incorporan temas como el laboral, medio ambiente, pequeñas y medianas empresas, competitividad, anticorrupción y buenas prácticas regulatorias, respectivamente, para, finalmente, en el capítulo 33 incorporar el tema de política macroeconómica.
Por cuanto a los intercambios comerciales de México en el TLCAN, hasta el cierre de 2018, nuestro comercio se multiplicó por 6.6 veces con respecto al que teníamos en 1993, año previo a la entrada en vigor del tratado.
Para algunos, en el TLCAN ha habido sectores perdedores, pero para otros, el balance global ha sido satisfactorio para la economía mexicana. Seguiremos analizando este tema en próximas entregas.