Como reguero de pólvora, la tarde del viernes pasado corrió la noticia en los chats y las redes sociales, del “secuestro” de Vicente Javier Verástegui Ostos, diputado del PAN a la 66 Legislatura.
Enseguida y, con la misma velocidad, circuló la versión de que el hermano de César “Truko” Verástegui Ostos había sido encontrado sin vida junto con su chofer.
La mañana del sábado, ambas versiones fueron desmentidas por la Fiscalía General de Justicia, al mando de Irving Barrios Mojica, quien llegó al cargo en diciembre de 2018, avalado por Francisco García Cabeza de Vaca.
De acuerdo con el primer boletín, fechado el 12/10/202, la FGJ informó que “en seguimiento del caso del reporte de la privación de la libertad del diputado Vicente Verástegui Ostos, este ya se encuentra con sus familiares en buen estado de salud y que, de acuerdo con las primeras indagatorias, se trató de un intento de privación de la libertad”.
Vino un segundo comunicado el mismo día señalando que Verástegui Ostos y “dos personas” corrieron a un sembradío de caña para ocultarse, cuando hombres armados “realizaron detonaciones”.
“Ante el temor de un riesgo mayor es que el diputado decide permanecer oculto toda la noche”, sostiene el comunicado de la Fiscalía.
¿Fue realmente un intento de secuestro? De ser cierto es lamentable, pero a nadie extrañaría considerando el uso de la violencia con la que han construido el cacicazgo en la región cañera los Verástegui Ostos.
Dos videos han grabado el trato violento de Vicente Javier: uno frente a los trabajadores del ingenio de El Mante, y el otro en el Congreso del Estado, en donde legisladores panistas golpearon al director de Comunicación Social.
En caso de no ser así, tampoco extrañaría que pretendan desviar la atención a partir de una falacia, como estrategia de comunicación política que desvía la atención con una cortina de humo, cuando se enfrenta un problema.
Como es el caso de la bancada del PAN a la 66 Legislatura, cuestionada por las inhabilitaciones y órdenes de aprehensión de sus integrantes, que buscan el fuero protector de la curul.
Por supuesto, Francisco García Cabeza de Vaca, Marko Cortés Mendoza y Javier Lozano Alarcón sacaron raja política del secuestro que no fue.