Día Nacional del Libro, 12-N

Ciudad de México /

Cada año, el 12 de noviembre se celebra en todo el país el Día Nacional del Libro. Este festejo, instituido mediante decreto presidencial para conmemorar el natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, tiene como objetivo el dar mayor divulgación al libro a nivel nacional, promover el hábito de la buena lectura y mejorar el nivel de educación. Para dicho festejo, desde 1980 se publicó año con año un libro conmemorativo “como un obsequio de los libreros y editores de México a sus clientes y amigos en reconocimiento de su gratitud”.

Para este 2023 se acabó la saga de publicación de los libros conmemorativos por la nueva política pública para editar libros, por parte del Estado vía la Secretaría de Educación Pública, SEP en vinculación con la Cámara de la Industria Editorial Mexicana, CANIEM junto con la Asociación Nacional del Libro. Es decir, el 2022, con Borrador para un testamento y otros poemas de Efraín Huerta volumen número 43 cerró el capítulo sin mayor explicación.

De manera curiosa, ni en los años de la pandemia de covid-19, se detuvo la conmemoración pues aparecieron, para fortuna de los lectores, los libros De amores y otros cuentos. Antología (2019) de Inés Arredondo; Las genealogías (2020) de Margo Glantz y La grulla del refrán. Antología (2021) de Ramón López Velarde. Autores fundamentales de la narrativa y poesía nuestra que sumaron a la colección consecutiva de los publicados.

Con variaciones en el tiraje, que van de 50 mil ejemplares (2019) pasando por 20 mil (2020) junto con 25 mil (2021) para llegar a los 25 mil (2022) la asignación presupuestal es notoria con la reducción del recurso además de los acuerdos con los involucrados en la cadena de valor del libro. A saber: escritor, editor, impresor, librero, lector; que, dicho sea de paso, siempre los integrantes de la citada cadena estuvieron dispuestos a colaborar. No así la entidad gubernamental que hoy por hoy su política editorial es rechazar a los autores consagrados de México con el ánimo de posesionar a otros noveles ya que los clásicos están identificados con el modelo neoliberal que tanto les incomoda.

Allí tenemos a Octavio Paz que día con día es avasallado con el argumento ideológico de ser un machista por antonomasia que respaldó su obra en el plagio, por aquello de Samuel Ramos, pero más en el oprobio de la obra de Elena Garro a quién denostó todos los días de su vida. No importa la calidad de su obra, poesía y ensayo, ni los premios obtenidos, mucho menos su reflexión intelectual desde México para el mundo, porque la imagen del poeta es denostable para el señor que toma las aguas negras del imperialismo yanqui.

Tal personaje, respetable revisor de la historia Patria, lanza folletos al por mayor con el afán de que leamos lo que a él le parece (ideológicamente) que debemos tener en la mesita de noche.


  • Juan Carlos Porras
  • Editor fundador de Grupo Ochocientos y actual director del Centro de Investigación y Estudios Literarios de León (CIEL-LEÓN).
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.