La vocación creadora de Carlos Pellicer

Ciudad de México /

Por estos días de verano literario me di a la tarea de releer La fortuna crítica de Carlos Pellicer. Recepción internacional de su obra 1919-1977 (UIA-CDMX, 2003) de José Gordon donde el autor hace un seguimiento del proceso de producción crítica suscitado fuera y dentro de México por la obra del poeta tabasqueño nacido en 1897 y muerto en 1977 (Felipe Vázquez, dixit). Es decir, se trata de una obra que nos invita a saber leer más y mejor la poesía de Pellicer para quitar el velo de los adjetivos, o mejor aún, de las etiquetas de “poeta del trópico” y de “poeta impresionista”.

Si uno lo logra podrá apreciar entonces la poesía vanguardista, la religiosa, la intimista e incluso neoclásica del tabasqueño. En otras palabras: euforia verbal que viene a significar una revelación más para la historia de nuestra poesía nacional e hispanoamericana. No por nada Rodolfo Usigli advierte: “Distinguen a Carlos Pellicer de su generación poética dos rasgos principales: su concentración exclusiva en la poesía, sin compromisos con la prosa, sea novela, ensayo o drama, y la esclavitud de su sentido autocrítico a un imperio poético sin límites”.

Aunque líneas más adelante Usigli lo designa como “el heredero de La Grandeza Mexicana” de Bernardo de Balbuena. “Su caso poético es el difícil, sencillo caso de la comunicación con la naturaleza. De aquí que los críticos encuentren que procede como un pintor ‘impresionista’, y sus relaciones con la luz, con el paisaje, con el color y con cuanto vive y se mueve en la naturaleza, han hecho decir alguna vez que ‘se desborda a lo Delacroix y se recrea a lo Renoir’, porque todo cuanto pasa en su poesía pasa a lo Pellicer”.

Pero dicho traspaso, el autor de Hora de Junio lo ve distinto. No es un poeta del color sino uno que transforma con palabras devotas y tiernos deliquios lo que ve. Su vanguardia consiste en la visión sensorial que tiene un contenido estético brillante, mismo que lo hace un viajero extemporáneo.

Por cierto, en julio de 1938 Carlos Pellicer estuvo entre nosotros, o sea, en la ciudad de León, para dar fe de la premiación de los Juegos Florales de los cuales fue su mantenedor. Convivió con sus pariguales: José Ruiz Miranda, Vicente González del Castillo, entre otros destacados vates.


  • Juan Carlos Porras
  • Editor fundador de Grupo Ochocientos y actual director del Centro de Investigación y Estudios Literarios de León (CIEL-LEÓN).
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