Nueva visión para las bibliotecas públicas

Ciudad de México /

De dónde saco la “suposición”, me preguntan, sobre la debacle que las bibliotecas públicas de León tienen con esta Administración pública consecutiva desde2015 a la fecha. Y por qué, insisten, responsabilizo al presidente municipal Héctor López Santillana de dicha ruina. Comenzaré por decir que las menciones hechas tienen ya una relación de confianza con respecto a la política pública y por ende merecen una respuesta en dichos términos, pues “los agentes culturales conocen a profundidad el territorio y las necesidades de sus habitantes”.

Por lo anterior tenemos que considerar “tres elementos fundamentales en la vida cultural del municipio: el territorio y sus patrimonios culturales, los agentes culturales y sus acciones, y las políticas públicas creadas a partir de su reconocimiento”. Es decir, si las iniciativas y las políticas coadyuvan para el desarrollo y el bienestar de los que habitamos León detonaremos la tan anhelada Sociedad del conocimiento.

Aquí entramos de lleno en el capítulo de las buenas prácticas que se traducen por mucho en el bienestar de todos y donde, si tenemos la suficiente información nos permite “generar diagnósticos como base para definir las políticas públicas desde el gobierno local, ya que ésta es la institución que tiene atribuciones y facultades para implementar programas que incidan y, en el mejor de los casos, ayuden a resolver problemas y a cubrir necesidades públicas”.

En el caso de la Red de Bibliotecas Públicas de León durante la Administración municipal 2012-2015 se generó un diagnóstico que arrojó, no solo el estado físico sino la importancia de reconsiderar su vocación, dada en la Ley General de Bibliotecas (1988),como institución para ofrecer información, esparcimiento y conocimientos a través de la lectura. Esto en oposicióna las administraciones pasadas quienes cambiaron solo de membrete a la Dirección de Bibliotecas por el ostensible mote de “Dirección de Promoción del Libro y la Lectura”(2006-2009) –se habló de “Centros bibliotecarios municipales”– y mucho antes quisieron convertirlas en Centros del Saber (2000-2003) bajo el argumento que las computadoras se impondrían al libro.

Aquella revisión arrojó un Plan de trabajo (2013-2015) cuyo objetivo general consistía en: “Desarrollar la infraestructura bibliotecaria de la Red Municipal, a través de la construcción, equipamiento, rehabilitación y mantenimiento, así como el soporte bibliográfico y digital, junto con la formación y capacitación del personal”. Aquel plan tenía como incentivo el posicionar la política pública sobre Promoción al libro y Fomento a la lectura vertida por la alcaldesa en ocasión del Día Nacional del Libro, 12 de noviembre (2012), reiterada en el 30 Aniversario de la Biblioteca Ignacio García Téllez, 13 de diciembre y, condensada, en el Programa de Gobierno 2012-2015.

Se tenía entonces una nueva visión para una nueva acción. Pero llegó el trabajo co-la-bo-ra-ti-vo y acabó contodo.

Continuará…


Juan Carlos Porras

  • Juan Carlos Porras
  • Editor fundador de Grupo Ochocientos y actual director del Centro de Investigación y Estudios Literarios de León (CIEL-LEÓN).
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