El lunes anterior, en un horario de 23:00 horas el canal de las estrellas y el canal 22, simultáneamente, comenzaron la transmisión de un documental sobre el caso de uno de los asesinos seriales más recientes y sanguinarios de México. Son cinco entregas de entre veinte y treinta minutos cada una. La producción es de la SCJN y la presentación es de Gabriela Warkentin; el productor ejecutivo es Javier Tejado Dondé, la dirección de Grau Serra y guion de Ana Mata mientras que la fotografía de Luis Posada. El objetivo, de acuerdo con la vocera de comunicación social de la SCJN es hacer conciencia acerca de los feminicidios en la sociedad, cosa que no creo que termine con el grave problema. Sensibilizar a una enferma sociedad no se da por edicto ni por milagro.
La serie lleva el nombre “Caníbal / Indignación Total” y concluye mañana. Es verdad: ha tenido rating porque los avances tuvieron mucha difusión.
El 15 de mayo de 2021, ni siquiera hace mucho, Andrés Mendoza, un hombre de 72 años, mejor conocido como el Caníbal o Monstruo de Atizapán, fue capturado en el municipio de Zaragoza en el Estado de México, en el momento en el que se encontraba “ante un cadáver” descuartizado de una mujer de 34 años, quien fue identificada como Reyna González, reportada como desaparecida un día antes de su detención. El descubrimiento lo hizo el propio esposo de Reyna.
Sin duda el caso es terrible y la serie no es apta para personas que hayan pasado la mala experiencia de algún cercano feminicidio o violencia familiar. El hombre tenía muchos años cometiendo sus crímenes, se le contabilizan 19 pero puede haber más. Sin entrar en detalles para evitar el morbo, sólo diré aquí que, al catear la casa, se percató la policía, de todos los horrores cometidos por el Caníbal. Su nombre completo y real: Andrés Filomeno Mendoza Celis.
Los pormenores ya los habrá visto el espectador interesado pero luego del caso de Reyna, la investigación arrojó poco más 30 años en los que el Caníbal cometió los asesinatos.
Gregorio―Goyo― Cárdenas, quien sepultó en su propio jardín de Tacuba los cadáveres de no más de siete prostitutas, allá en el México de los cuarenta, se quedó corto, muy corto, en comparación a los asesinatos del Caníbal de Atizapán. Ahora ya nada asombra, ahí está el documental.
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