El estafador de Tinder

Ciudad de México /

Cuánto te extrañamos, ‘Doctora Corazón”, se me ocurrió anotarlo en mi cabeza luego de ver el fallido documental que ha lanzado la plataforma de Netflix estos días pero que ha tenido un relativo éxito debido a lo extremo de las acciones. A diferencia de otros géneros, el documental, se supone, se apega a hechos reales. Así, como en todo documental —lo subrayo— en éste aparecen tres voces testimoniales de mujeres defraudadas por Simon Leviev, un hombre camaleónico, amenazante, peligroso: adquiere apellidos distintos, pasaportes apócrifos y se dice hijo de joyeros magnates. Él hace creer que es un hombre de negocios. Todo lo logra sin esforzarse, solo estudiando a sus probables víctimas.

Estafadores los ha habido. Aquí se combina la neurosis, la adicción incontrolable de la búsqueda amorosa, el mal uso de la comunicación inmediata a través de los medios desarrollados por la tecnología.

Shimon Yehuda Hayu —su verdadero nombre— comienza a mover sus piezas cuando lo cree necesario o sabe que aquello que pide le será concedido. Nacido en 1990 en Tel Aviv, Israel, no falla. Lo curioso del asunto es que las tres mujeres que narran los hechos son quienes lo han buscado.

La tarea de Simon es simple: dejarse ver en la aplicación de Tinder. Él mismo lo declara: “No tengo nada qué ver, hice lo mío”. Las mujeres llevan por nombre, en riguroso orden de aparición Cecilie Fjellhøy, Pernilla Sjoholm y Ayleen Charlotte.

Simon Leviev o Shimon Yehuda Hayu es un estafador serial porque repite el modelo: las enamora, las invita al extranjero, les hace creer que él está impuesto a los grandes negocios y a los lujos. Luego no tarda en decirles que, por su condición de judío, está en peligro enviando como prueba fotos de su guardaespaldas herido. Entonces ellas acceden a que el hombre use sus tarjetas de crédito y a pedir sumas millonarias que le transfieren. Un hombre realmente repugnante: su rostro es el de un pájaro calculador, perverso.

Vi toda la trama: es terrible porque se continúa normalizando la violencia, el maltrato y el engaño. Cuando ellas han dado a conocer su versión, aparecen miles de comentarios condenándolas por ingenuas, tontas.

Simon Leviev estuvo confinado cinco meses y Cecilie Fjellhøy concluye que seguirá buscando el amor. Si fuera una ficción, se caería sola: es inverosímil, criticable. Que vuelva la Doctora Corazón: nunca fueron perversos sus consejos.

Juan Gerardo Sampedro

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