Teófilo y el diablo

Puebla /

Me explico: durante muchos años impartí Literatura Medieval en varias instituciones educativas. No puedo sino agradecer a Margarita Peña, investigadora de la UNAM y, en su momento, al historiador Ernesto de la Torre Villar, todo el material y asesorías que fui acumulando al paso del tiempo. Pero un mediocre poetastro y pseudo investigador, desde su comodín cargo directivo, decidió que la materia pasara a manos de otra persona. Total: al reclasificar mi biblioteca y reubicar los títulos medievales encontré un tomo que utilicé alguna vez para ilustrar la presencia diabólica en la Europa del siglo XII. Las brujas y los diablos fueron la figura indispensable al momento que la iglesia comenzó a aceptar la usura como una práctica insaciable y casi normal; se atribuye aquí la existencia del purgatorio y de la confesión. Sin duda una página de la historia interesante y vedada hasta el siglo XVII aproximadamente.

“Teófilo y el Diablo” (variaciones medievales) es una antología preparada por Cristina Azuela y Tatiana Sule, una compilación poco difundida por la propia editorial de la UNAM. Aún así, la presentación de Edgar Vargas Oledo, es brillante. ¿Pero quién es, en todo caso, Teófilo?: vicario del obispo, cristiano / a la muerte del obispo Teófilo rechaza el ofrecimiento al cargo / El nuevo obispo despoja a Teófilo de todo cargo / Teófilo entonces hace alianza con Satanás / El mediador es un judío-mago / Tarde se arrepiente Teófilo aunque es perdonado.

El libro entonces es una travesía hacia el acto prohibido, la culpa y el arrepentimiento. Nótese por igual la presencia de la Virgen porque hasta el siglo XII obtiene nuevas atribuciones.

Los pactos satánicos han sido recurrentes en la cultura occidental -se escribe en la cuarta de forros- a tal grado que ha dado lugar a obras literarias o artísticas importantes. Un pacto no permite el retroceso: han sido contados los casos en los que se otorga el perdón. De ahí que también que la figura del infierno sea tan fuerte a partir de entonces.

Las ilustraciones son asombrosas. La fuente original no aparece, sólo se afirma que los textos fueron traducidos del francés y se habla de una versión latina de Paulo Diácono.

La historia del arrepentimiento de Teófilo es más que nada una alabanza a la Virgen. Es en el siglo VI y XVII donde se ubica la historia de Teófilo. Es el S. XII quien la retoma, el embrión del capitalismo.

@Coleoptero55

  • Juan Gerardo Sampedro
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