¡Hoy!

Ciudad de México /

Todos los ejércitos del mundo se han transformado en los últimos diez años de manera importante, acorde a las necesidades de defensa y seguridad que las amenazas criminales, las que provoca la naturaleza y, por último, las geopolíticas, exigen de una fuerza armada permanente.

Es para los sociólogos analizar y discernir sobre mucho de lo que también la sociedad en todo el mundo se ha transformado. La generación de violencia —que no es únicamente de los grupos criminales— impacta en los hogares, impacta entre pares, es decir, entre hombres, entre mujeres, en la familia, del hombre hacia la mujer y los niños, de la mujer al hombre y su impacto en los niños; por supuesto en las escuelas, en los parques, en los centros de esparcimiento y se supone diversión.

La desigualdad económica, que lleva muchas veces a los que menos tienen a demostrar que también tienen, a través de marcas y tendencias falsas, han generado nuevamente, y de manera alarmante, la lucha de clases.

México y los mexicanos no estamos fuera de esto. Por un lado la sociedad se está acostumbrando a la violencia y a la polarización, lo que de suyo es muy delicado y vale decir que no es producto de pocos años; todo lo anterior, ha venido escalando por lo menos desde los últimos veinte años y desde entonces, quienes han gobernado no han tenido la voluntad de generar cambios, económicos, políticos y sociales que mitiguen esas diferencias.

Esta suma de fenómenos y factores es perfectamente aprovechada por los grupos criminales en México y el mundo. De lo anterior, es que las fuerzas armadas han tenido que ocupar espacios que antes la civilidad controlaba y administraba.

Los soldados de tierra, mar y aire han tenido que ampliar su espectro de análisis, atención y acción para la defensa y protección de los ciudadanos. Nuestras fuerzas armadas tienen una vocación eminentemente social, misma que no descuida sus misiones constitucionales primarias, como proteger a la Nación de cualquier amenaza exterior, así como la seguridad interior. Si bien, durante este sexenio la actividad militar participó de manera directa en proyectos de desarrollo nacional, no ha implicado por parte de soldados o marinos un descuido —se insiste— de sus misiones principales.

No son las tropas, quienes construyeron aeropuertos o tramos de tren, o bien, mano de obra para los proyectos específicos de este gobierno.

Las fuerzas armadas están presentes en todo el país, con los recursos que se les otorgan y autorizan, haciendo de ellos grandes economías para justamente poder adelantarse a las necesidades de los mexicanos.

Es un hecho que existe una mayor presencia militar y naval en el país, misma que ha logrado permear en la sociedad y que los sigue manteniendo como la institución de mayor nivel de confianza para los mexicanos. 


Toque de Silencio

Don Adolfo González Flores fue un hombre íntegro. Un gran esposo, padre, abuelo y suegro, quien se adelantó a otra vida, para dejar de sufrir, después de una terrible enfermedad.

Fue un gran servidor público y parte activa de políticas públicas en la educación nacional. Honesto, probo y con una disciplina por el trabajo como el que más. Siempre dormía tranquilo, ya que su conciencia estaba clara y limpia, al no caer en la tentación del poder y la corrupción.

¡Chapa! El tiempo no cura el dolor.


  • Juan Ibarrola
  • j.ibarrola@cadenademando.com
  • "Columnista de seguridad y Fuerzas Armadas. Creador de @CadenaDeMando, colaborador @Milenio. Todos los sábados y lunes a las 18:00 hrs @mileniotv"
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