¡Lealtad y fortaleza!

Ciudad de México /

Mañana se conmemora en nuestro país el 112 aniversario de la Marcha de la Lealtad. En aquella mañana de 1913, cadetes del Heroico Colegio Militar escoltaron en columna de honor al presidente Madero, para poder llegar a Palacio Nacional y detener a quienes querían tomar el poder.

Mañana será la primera ceremonia donde a Claudia Sheinbaum se le reiterará por parte del Ejército mexicano la lealtad a toda prueba que los soldados ofrecen a la Presidenta y comandanta suprema de las fuerzas armadas.

Más que una coincidencia por la coyuntura que presenta la relación México-Estados Unidos, esta ceremonia anual refrenda y fortalece que la lealtad militar y naval se reproducen en la presencia y servicio que los soldados de tierra, mar y aire, así como los guardias nacionales, brindan a nuestro país.

Todos los ejércitos del mundo se adhieren dentro de la legalidad a lo que sus dirigentes dispongan como lo más conveniente para sus naciones. Nuestras fuerzas armadas han estado y están a la altura de lo que México necesita, pero sobre todo han sido, en diferentes momentos de la historia, soporte para que la política de la nación no se vea vulnerada.

Desde 1914 la soberanía del país no se ha visto en riesgo y por mucho que algunas voces insistan que nuestra soberanía se encuentra en peligro, en la realidad no existen las condiciones para que ello suceda.

Para que nuestra soberanía sea vulnerada, tendría que existir una posición política y diplomática de enfrentamiento y cerrazón con el vecino del norte; tendrían que existir amenazas por parte de México, comenzando por el ámbito diplomático, situación que no existe ni existirá del lado mexicano.

La presidenta Sheinbaum, ante la postura estadunidense, demostró serenidad e inteligencia; ofreció diálogo abierto y bilateral con Donald Trump, donde como país se está dispuesto a trabajar de manera coordinada con ellos, además de emprender acciones de seguridad e inteligencia para seguir haciendo lo que a México le toca, esperando también que los estadunidenses enfrenten sus propios problemas, realidades y amenazas.

Amén del trabajo diplomático y económico que el gobierno de México está realizando con sus pares estadunidenses, la relación entre las fuerzas armadas de ambos países es de total colaboración y respeto, pero sobre todo de una comunicación personal, permanente y estrecha entre los secretarios de Defensa de Estados Unidos y México y dentro de la más profunda realidad; lo anterior solamente traerá positivos para el futuro inmediato.

No se trata de soberanía, se trata de soberanías y de cómo protegerlas.

Aún y a pesar del discurso trumpista, México y Estados Unidos no son enemigos. La posición geoestratégica nos convierte necesariamente en aliados en todos los sentidos; de ahí que la garantía de la relación militar y naval entre ambos países será una herramienta más para los acuerdos políticos y económicos.

Abrazar un nacionalismo anacrónico no es el camino para comprender el momento de las relaciones entre ambos países, más bien se debe centrar en reconocer que México tiene fortalezas reales como lo son las fuerzas armadas y que en esta reiteración de lealtad institucional que le hará mañana el Ejército a la comandanta suprema en el Castillo de Chapultepec, habrá mensajes claros y contundentes de lo que los soldados están dispuestos a hacer por México.

Seguirán con y para México.

Seguirán leales a la institución presidencial.

¡Siempre leales! 


  • Juan Ibarrola
  • j.ibarrola@cadenademando.com
  • "Columnista de seguridad y Fuerzas Armadas. Creador de @CadenaDeMando, colaborador @Milenio. Todos los sábados y lunes a las 18:00 hrs @mileniotv"
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