México-Estados Unidos: el derrotero militar

Ciudad de México /

Todo se ha analizado en torno a los acontecimientos en las relaciones diplomáticas y comerciales entre México y Estados Unidos, y por tanto no es objeto de este esfuerzo editorial hacerlo.

La reunión a celebrarse en Canadá mañana y el lunes dentro del marco de la Cumbre del G-7 marcará para ambos gobiernos nuevos derroteros en los temas estratégicos y esenciales que deben acordarse en función de los intereses particulares y comunes.

Las relaciones militares que nuestro país ha creado durante los últimos 20 años con las fuerzas armadas americanas sirven para que, amén a las agendas ya mencionadas, ambos gobiernos cuenten con la seguridad de que —fuera del ámbito político— las amenazas diversas y comunes que comparten las dos naciones en materia de seguridad regional están perfecta y correctamente analizadas para que puedan enfrentarse internamente en cada país, pero también de manera conjunta.

La relación entre los ejércitos de ambos países es una dinámica que se construye de manera permanente y cotidiana, realidad que suma un componente más a las fortalezas institucionales que les dan como fuerza armada a sus naciones y gobiernos.

Poco se analizan las relaciones militares entre ambos países, quizá debido a la secrecía e institucionalidad con las que deben darse.

El valor del reconocimiento entre ejércitos queda fuera de los entornos diplomáticos, y no se menciona por minimizar las acciones diplomáticas, más bien, es debido al arraigo y las semejanzas que todos los ejércitos, así como sus integrantes, comparten y que los hermanan, situación que difícilmente puede encontrarse entre funcionarios de gobierno; sin embargo, el intercambio de información estratégica, la participación conjunta en ejercicios militares, la relación vía las agregadurías militares, navales y aéreas, así como las acciones que cada fuerza armadas realice en sus países, siempre se analizan y se reconocen desde el ámbito militar.

Tanto el general Ricardo Trevilla Trejo como el almirante Raymundo Morales Ángeles mantienen sin descanso el frente abierto contra la delincuencia y de todos los efectos que causan violencia, crimen e inseguridad, y por supuesto las fuerzas armadas americanas lo saben.

El mes de mayo fue el primero en cinco años donde se logró reducir en más de 25% los homicidios dolosos, objetivo que se suma también a la reducción de 20% en delitos de alto impacto; ambos logros fueron obtenidos en un período de 8 meses, realidad que, desde donde se quiera analizar, refleja la correcta estrategia de seguridad del gobierno.

Ayer, la Armada de México decomisó 1,112 kilos de cocaína en las costas de Guerrero. Este operativo, en coordinación con el Ejército, Guardia Nacional, SSPC y la FGR, representa un impacto económico a la delincuencia de 254 millones de pesos, aproximadamente.

Los ejemplos anteriores son reconocidos por los militares americanos, y este reconocimiento rebasa cualquier interés político o ideológico que se presentan diariamente en Estados Unidos, desde la llegada del presidente Trump, y que justamente han llevado la relación entre países a niveles de complejidad como no se habían presentado en décadas.

La relación militar entre ambos países goza de un momento muy importante y que sin duda, abona y abonará al fortalecimiento de las relaciones entre ambos países.

Se hacen votos para que el primer encuentro presencial entre la presidenta de México con el de Estados Unidos sirva para (se insiste) que esta relación tome nuevos derroteros.


  • Juan Ibarrola
  • j.ibarrola@cadenademando.com
  • "Columnista de seguridad y Fuerzas Armadas. Creador de @CadenaDeMando, colaborador @Milenio. Todos los sábados y lunes a las 18:00 hrs @mileniotv"
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