Maternidad prolongada después de un feminicidio

Laguna /

En la Comarca Lagunera existe un grupo de mujeres excepcionales. Son abuelas que, debido a circunstancias trágicas, se han convertido en madres por segunda vez. Su rol no es solo de cariño y cuidado, sino de resistencia ante el feminicidio, un fenómeno social doloroso de violencia patriarcal que les ha arrebatado a sus hijas, dejando a sus nietos a su cuidado.

Estas abuelas, ahora madres de nuevo, enfrentan desafíos que van más allá de la crianza. Son pilares de fuerza en medio del dolor, y su lucha por sanar y proporcionar un hogar seguro para sus nietos se convierte en un testimonio de dignidad, rabia y amor.

Los nietos, cuando el victimario es su propio padre, experimentan la dolorosa realidad de vivir dos ausencias: la de la madre, víctima de feminicidio, y la del padre, quien, en el mejor de los casos, enfrenta un proceso penal, o en situaciones más graves, desaparece por completo de sus vidas al huir de la justicia.

Estos infantes son personas rotas que de la noche a la mañana pierden a su familia por la violencia feminicida.

¿Cuáles son los retos que enfrentan las abuelas cuando se hacen cargo de sus nietos después de un feminicidio?

Uno de los principales es el aspecto emocional.

El duelo por la pérdida de una hija en circunstancias tan violentas como el feminicidio es abrumador. Sin embargo, deben encontrar la fortaleza para seguir adelante, no solo por sí mismas, sino también por los niños y niñas que dependen de ellas para todo.

Sin duda, el desafío económico es de suma importancia. Estas abuelas a menudo se encuentran luchando para cubrir las necesidades básicas de sus nietos, lo que agrava aún más la brecha de desigualdad. Con recursos mínimos, deben hacer frente a los costos de crianza, educación y salud, lo que las coloca en una situación de desventaja significativa.

Esto no solo les provoca dificultades económicas, sino también costos de oportunidad que perpetúan su desigualdad y las dejan en una posición tremendamente desafiante.

La falta de apoyo institucional también es un obstáculo significativo. A menudo, estas abuelas carecen de acceso a programas de ayuda gubernamental, lo que las deja solas en su lucha por criar a sus nietos.

Además, estas mujeres enfrentan el desafío de criar a los hijos de sus hijas en un entorno donde la violencia de género sigue siendo una realidad omnipresente. Deben equilibrar la necesidad de proteger a sus nietos con la difícil tarea de explicarles la tragedia, lidiar con las consecuencias y la lucha por encontrar justicia ante los tribunales.

A pesar de enfrentar innumerables desafíos, estas valientes abuelas de la Comarca Lagunera mantienen viva la esperanza de obtener justicia por la pérdida de sus hijas y de asegurar oportunidades para el futuro de sus nietos.

Es crucial que el Estado y la comunidad no las abandonen en esta difícil situación. Urge la implementación de una política nacional de cuidados que reconozca las necesidades específicas de estas abuelas y sus nietos, proporcionándoles el apoyo necesario para salir adelante.

  • Juan José Rojas Torres
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