La semana pasada fue menos mala en términos de mercados; de hecho fue la primera semana positiva en los últimos tres meses, aunque las cosas no se van a enderezar y componer en el corto plazo. Lo he venido diciendo: los tres principales problemas que aquejan al mundo y a los mercados pueden enderezarse en algunos meses, pero no de la noche a la mañana.
El tema del covid es el que mejor va, pero no se puede descartar que haya una quinta o sexta ola; recordemos que China y su confinamiento aún son un problema hoy. Con la guerra nada cambia drásticamente. La inflación también será un tema que puede empezar a bajar en la segunda mitad o a finales de año. En resumen, no hay certeza de que las bajas ya acabaron, y aunque quienes van perdiendo no tienen de otra, sí sabemos que, estando invertidos en buenos nombres, la recuperación se dará —no sabemos qué tan pronto, pero se dará.
Además, hoy los inversionistas en dólares tienen un problema más, que es el tipo de cambio; y yo le diría a quien hoy se asuste, desespere o precipite su salida, que deberá estar dispuesto a tomar una pérdida que difícilmente podrá recuperar. La única manera de recuperarse es permanecer adentro y esperar… no solo a recuperar, sino también a obtener un premio adicional. En este caso, los ciclos o bien la historia, claro que se repiten.
En cuanto al tipo de cambio, explicaré por qué la coyuntura actual obedece a lo siguiente, de una manera sencilla. Citaré este ejemplo: los retornos o tasas de interés en Estados Unidos están a 0.50 por ciento, la inflación arriba de 7 por ciento. La tasa negativa es de 6.50 por ciento para efectos de este ejemplo. En México los Cetes te pagan 6.50 por ciento y la inflación también está arriba de 7 por ciento. La tasa negativa es alrededor de 1 por ciento. En Europa las tasas a los depósitos son negativas y la tasa de inflación cercana a 8 por ciento, igualmente negativa, ronda 8 por ciento. Ante esta coyuntura, los inversionistas globales han decidido poner recursos en mercados emergentes de manera temporal, donde la tasa es mayor, y al medirse frente a la inflación, la tasa negativa resulta menor. Esto ha traído flujo de divisas y por ende fortalece al peso.
Otra razón que fortalece a nuestra moneda es la lenta actividad económica y el débil mercado interior que nos ha traído superávit en vez del déficit comercial que normalmente tenemos. Los precios del petróleo también contribuyen a fortalecer nuestra moneda. No se nos puede olvidar agregar a esta lista de factores el impacto positivo de las remesas, o sea, el dinero que mandan nuestros paisanos, que muy pronto puede llegar a 60 mil millones de dólares anuales.
No vaticino ni deseo una devaluación abrupta, pero sí creo que esta fortaleza es coyuntural y que estos niveles son atractivos. Creo que el dólar se va a fortalecer hacia adelante frente al alza de tasas que está llevando a cabo la Fed.
Esta semana arrancó con un día festivo en Estados Unidos (Día de los Caídos), y el resto estará tranquila en cuanto a información financiera, por lo que lo más relevante serán los datos económicos que se conocerán en Europa y China, así como el empleo en EU. Estos datos pueden ayudar a fortalecer la idea de que no hay una recesión en puerta.
En lo local, conoceremos los indicadores de actividad económica del IMEF, confianza al consumidor y la más reciente encuesta del Banco de México.
Juan S. Musi Amione
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