Hablemos de otras cosas, sobre todo de México, ¿cómo nos pinta lo que resta del año y cómo deben comportarse los principales indicadores?
Sin duda, lo más importante tiene que ver con cómo acabemos parados luego de la negociación del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y con el tema de la imposición de aranceles en general.
La negociación va correlacionada al crecimiento económico esperado. Y es que en términos del producto interno bruto (PIB), las estimaciones más pesimistas nos ponen pegados a 0 por ciento de crecimiento y las más optimistas cercanas a 0.8 por ciento. Para efectos prácticos, un nulo o raquítico crecimiento.
En cuanto a la tasa de interés de referencia, que hoy el Banco de México (Banxico) mantiene en 8.50 por ciento, debe terminar este año en 7 por ciento. Esta tasa es muy importante que baje para apoyar el financiamiento y, por ende, el crecimiento de la economía. En resumen, el costo del endeudamiento debería bajar todavía 1.50 por ciento más de su nivel actual.
En lo que respecta a la inflación, las estimaciones iniciales ubicaban al indicador por debajo de 3.50 por ciento; sin embargo, hoy eso se ve muy complicado, pues resulta que la cifra anual para el cierre de mayo se ubica en 4.42 por ciento, incluso arriba del 4.21 por ciento que se registró para todo 2024. Espero que este año termine por debajo de 4 por ciento.
Pese a tener este nivel de inflación, Banco de México parece que continuará con su plan de bajas en la tasa de interés, todo esto, si no empeora mucho más el índice de precios.
El tipo de cambio es un gran tema. Independientemente de las proyecciones que se realicen —que a todos nos ha fallado—, es muy incierto afirmar que, cotizando en 19 pesos por dólar, acabará este año hacia 20.70 (que es el nivel donde la mayoría lo ubica), lo que representa 9 por ciento de depreciación.
En lo personal, creo que el tipo de cambio se mantendrá por arriba de 20.40 pesos por billete verde por una sencilla razón: el dólar recuperará algo del 10 por ciento que ha perdido en su comparación con una canasta de monedas.
Así que, como verán, no es que la economía mexicana ni el peso estén fuertes, es el dólar que se ha debilitado mucho.