Sí, los mercados en Estados Unidos han evolucionado de manera muy positiva. El sustento de una economía que marcha muy bien y, como consecuencia, las empresas, nos ponen en una situación positiva. De nuevo, los reportes deben salir mejor a lo esperado, y con ello el apetito por riesgo y el alza continuará. Y es que el ciclo económico en algún punto termina y vienen ajustes. Puede ser por una crisis, algún evento geopolítico inesperado o una desaceleración.
¿Cuáles son los mayores retos para lo que resta de 2024 y en 2025? Aquí enumero los que creo serán los principales:
1. Una crisis geopolítica. Como he señalado antes, en el corto plazo creo que es más probable una crisis económica detonada por un evento geopolítico que por uno meramente económico. La crisis en medio oriente y la situación entre Rusia y Ucrania no parecen mejorar y, lejos de ello, en cualquier momento se pueden complicar. Este escenario es el que más puede cambiar las perspectivas globales.
2. Las elecciones en Estados Unidos. Dependiendo quién gane, sin poner quién es mejor o peor, el rumbo del país y del mundo, con uno u otro, son muy distintos. La visión de la economía, la política fiscal, el déficit, los programas sociales y los conflictos bélicos son opuestas. El comercio exterior, las importaciones —y más tratándose de México y China— también son opuestas. Cualquiera puede ganar. Creo que la elección será muy cerrada. Difícil saber qué le conviene más —o le perjudica menos— a México.
3. El gobierno dominante y sin contrapesos institucionales. Este es un tema local. El apetito que haya por nuestro país va a depender mucho de las futuras acciones o reformas. En las manos de este gobierno, que domina las cámaras del Congreso de la Unión y ha avasallado al Poder Judicial, está el atraer más inversiones o ahuyentarlas. Cuidar las finanzas públicas y la calificación crediticia deben ser una prioridad.
4. La inflación. Aunque parece que la trayectoria de la misma en México y muchos países ya es descendente, nunca deja de ser un riesgo el que pueda rebotar y, con ello, modificar la estructura de las tasas de interés y el rumbo del crecimiento económico.
Hoy, ante estos riesgos, parece que tener dólares e inversiones en activos es una buena estrategia defensiva. Lo único que hay que cuidar es entrar de manera oportuna, ya que últimamente el dólar se ha fortalecido.