Pocos habían oído hablar de Silicon Valley Bank, un banco regional que ocupaba el puesto 18 en tamaño en EU, no tan pequeño. El problema es que además de ser regional era de nicho, prestaba poco a emprendedores y fintech, y tenía poco capital en créditos. Lo anterior los llevó a invertir en bonos del tesoro y, por razones que no entiendo, decidió invertir a largo plazo sabiendo que las tasas seguirían subiendo. Esto les trajo minusvalías cercanas a 20%, una pérdida de mil 800 mdd.
Con esta fuerte disminución de ingresos y una operación poco rentable, salió el director general a hablar de la necesidad de una capitalización por 2 mil mdd, lo que provocó que los ahorradores retirarán en estampida cerca de 50 mil mdd. La llamada de capital provocó pánico e incertidumbre. Hasta ahora parece que no hay riesgo sistémico, es decir, un riesgo de todo el sistema financiero, y los grandes bancos son ajenos a esta misma problemática gracias a su tamaño y diversificación de ingresos; sin embargo, otros bancos regionales de similar tamaño han empezado a sufrir retiros masivos de ahorradores ante el miedo de perder su dinero, entre ellos destacan First Republic Bank y Signature Bank.
Los grandes (JP Morgan, Goldman Sachs, Morgan Stanley y Bank of America) se ajustan ante el miedo de contagio, lo cual puede ser una sobrerreacción. Pienso que puede haber daño y contagio, pero con estos ajustes vuelve a ser atractivo comprar algunos de estos nombres. Citigroup y Wells Fargo, que son bancos con una mayor actividad y presencia en menudeo, se ajustan más.
Para calmar esta situación el FDIC, que es como el IPAB, garantizará los 250 mil dólares por ahorrador y, en adición a esto, el gobierno ha dicho que en depósitos cubrirá ciento por ciento, aunque excedan esta cantidad. El propio presidente ha tratado de dar calma.
La gran incógnita es ¿qué hará la Fed en su próxima reunión? Todo parece indicar que, si la inflación esta semana no sale mal, puede o subir 0.25% o nada. Esto en un contexto muy volátil donde hace una semana las apuestas estaban en que subía 0.50%. En resumen, el adverso e incierto momento que vivimos puede traer grandes cambios respecto a lo que se esperaba en materia de política monetaria. Los aumentos pueden ser menores y la tasa puede bajar a finales de año.
Por lo pronto esta incertidumbre lleva al tipo de cambio a niveles que han superado 19.15 pesos por dólar, cuando hace solo unos días estábamos a 17.90, en menos de ochos días se deprecia 7%. Es probable que se vuelva a apreciar, pero mientras la incertidumbre subsista, puede irse hacia $19.50. Por desgracia, las monedas de países emergentes en estos escenarios son las primeras en resentirlo.
En México la inflación se desacelera y la cifra anual se ubica en 7.6%. En EU el empleo volvió a mostrar fortaleza y la cifra excedió las expectativas en casi 100 mil plazas, creando 311 mil en febrero. De nuevo, una buena noticia para la economía y mala para la inflación.
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