Cuauhtémoc Blanco es la hipocresía de Morena

Jalisco /

Decían que este sexenio sería el de las mujeres, el de la defensa de sus derechos y su dignidad. Sin embargo, el reciente encubrimiento a Cuauhtémoc Blanco, quien debía perder el fuero por los señalamientos de agresiones en contra de su media hermana, revela la cruda realidad: las diputadas y los diputados de Morena prefirieron protegerlo a él, antes que proteger a ella. Se repite esa tristísima historia de “todas menos una”. Porque mientras se presume una presidenta al mando y se proclama la transformación, se elige defender a presuntos delincuentes —siempre y cuando militen con “los suyos”—, dejando expuesta la hipocresía de un régimen que niega apoyo a la víctima.

Hoy no basta con un discurso de “primero las mujeres”, cuando a las buscadoras de hijos desaparecidos se les niega la mínima empatía y los recursos para hallar a quienes nunca regresaron del trabajo, de la escuela o de una tarde cualquiera. Las madres recorren cerros y basureros, enfrentan la indolencia oficial, rezan por encontrar siquiera huesos que les confirmen la muerte de sus hijos. Son mujeres devastadas que, aun así, se obligan a no rendirse.

A ellas se suman las jóvenes que día a día pelean por un salario que apenas alcanza la quincena, por la medicina que ya no hay en las farmacias y hospitales del Estado. Lidian con jefes que las acosan o compañeros de trabajo que ven la oficina como un escenario para su arrogancia. Y, en casa, aguardan maridos y padres que descargan la frustración con insultos o golpes. Si se atreven a denunciar, se topan con el desdén o el señalamiento que las vuelve a victimizar.

En el Congreso, vemos cómo legisladoras —que se proclamaban defensoras de la igualdad— reciben la orden y son orilladas a defender lo indefendible: el blindaje de un hombre señalado por violencia. Así se exhibe la doble moral de un gobierno que controla todo y que, cuando conviene, silencia, manipula y encubre a delincuentes con tal de mantener su juego de poder.

Vivir así es una calamidad para la mujer y lo femenino. No podemos callar mientras “todas menos una” se vuelve consigna para ocultar crímenes.

En el PAN al igual que defendemos la niñez en Jalisco, defendemos a las mujeres como prioridad absoluta. No nos cansaremos de denunciar la complicidad y la omisión que vuelven a las víctimas “invisibles” o “incómodas”. Urge un alto a esta simulación, a la manipulación política y a la violencia encubierta. Porque si no alzamos la voz, mañana habrá otra “menos una”. Y ese silencio cómplice lo pagamos todos.


  • Juan Pablo Colín
  • Presidente del PAN Jalisco
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