Hace un par de semanas escribí sobre ChatGTP, una herramienta digital para buscar y generar información basada en inteligencia artificial. Lo califiqué como Google en esteróides y mencioné lo disruptiva que este tipo de tecnología será para la economía y, en particular, para ciertos tipos de trabajos, incluido el mío como columnista.
Dado el profundo impacto que ChatGTP y herramientas similares tendrán en nuestro futuro, me sorprende la poca cobertura que se le ha dado en nuestro país. Mientras que en Estados Unidos es casi imposible leer un periódico sin toparse con algún artículo sobre el tema, en México es limitada la tinta (física y digital) que se le ha dedicado. Estoy seguro de que esto cambiará. Si usted, lector, todavía no conoce ChatGPT, la mejor manera de apreciar su trascendencia es probándolo.
A diferencia del impacto laboral de otras tendencias disruptivas del pasado, los trabajos más vulnerables a los avances de la inteligencia artificial no serán los manuales sino los que involucran conocimiento. Durante décadas, la globalización y la automatización tuvieron un impacto profundo en millones de empleos de manufactura. Algunos países, como México y China, se beneficiaron de estas fuerzas teutónicas, mientras que otros, como EU, sufrieron las consecuencias al ver su base manufacturera reducirse (aunque en el agregado el resultado fue positivo ya que los consumidores tuvieron acceso a productos más baratos).
Ahora les toca a los trabajadores en servicios, aquellos que dependen más del conocimiento que de la fuerza física, vivir una sacudida similar. Los empleos más vulnerables a los avances de la inteligencia artificial son los que involucran procesar información para generar un valor agregado. Aquí entran desde abogados y médicos hasta maestros y escritores (sí, esto incluye columnistas). Chatbots como ChatGPT pueden procesar prácticamente cualquier cantidad de información de manera instantánea. Todo lo que se encuentra en internet sirve de referencia. No se cansan ni dejan que sus emociones afecten su comportamiento. Ah, y no cobran un sueldo. Nos será difícil para los humanos competirles.
Diversas empresas de contenido ya empezaron a utilizar la tecnología. La afamada revista Sports Illustrated, por ejemplo, utiliza inteligencia artificial para escribir artículos. Chatbots han pasado exámenes para doctores y han sido utilizados por estudiantes para escribir ensayos sin que los maestros detecten quién es el autor.
No hay duda de que esta nueva etapa será disruptiva para las personas que tienen que utilizar el conocimiento en su trabajo. Habrá cuestionamientos existenciales de nuestro valor laboral y personal, tal como algunos trabajadores en manufactura los experimentaron a raíz de la globalización y la automatización, pero soy optimista. Siempre que sale una tecnología transformadora existe un doloroso periodo de ajuste para muchas personas, solo para ser sustituido por mejores oportunidades.
Julio Serrano Espinosajuliose28@hotmail.com