Santa Clos fue muy generoso con Apple, Microsoft, Alphabet (dueña de Google), Amazon.com, Nvidia, Tesla y Meta Plataforms (dueña de Facebook). Las acciones de estas empresas tecnológicas, bautizadas por los medios como “los siete magníficos”, han tenido un año espectacular. En conjunto han generado un rendimiento cercano a 80%. ¿Podrán mantener este desempeño en 2024?
A raíz del aumento vertiginoso de sus acciones y de su creciente tamaño, los siete magníficos han ido adquiriendo más peso en el S&P500, el índice bursátil más importante del mundo, el cual engloba a las 500 mayores empresas de Estados Unidos. Hoy, estos siete gigantes representan el 30% de dicho índice, una proporción de más del doble que en 2014. Su poderío es tal que su valor de mercado combinado supera al de todas las empresas que cotizan en las bolsas de Japón, Francia, China y el Reino Unido juntas.
¿Qué explica la vertiginosa alza de estas siete acciones en lo que va del año? Dos palabras: inteligencia artificial (IA). Los siete magníficos están particularmente bien posicionados para beneficiarse de esta tecnología que es cada vez más relevante.
Ahora bien, que se concentre tanto valor en unas cuantas acciones tiene consecuencias. Su impacto en el desempeño de los mercados bursátiles es enorme. Cuando las acciones de los siete magníficos suben, como sucedió este año, a nadie le importa su peso desproporcionado (sin su contribución, los rendimientos del S&P500 en 2023 se reducirían a la mitad). Sin embargo, cuando sufren una caída pueden arrastrar consigo a todo el mercado. El año pasado, por ejemplo, sus acciones se desplomaron 40%, lo que provocó una pérdida en valor de capitalización por la friolera de 4.7 trillones de dólares (más de lo que produce la economía mexicana en tres años).
La dependencia de los mercados en los siete magníficos hace que los inversionistas sean más vulnerables a los riesgos intrínsecos de estas empresas. Uno de los más latentes es el regulatorio. Gobiernos de todo el mundo muestran una creciente preocupación ante su poder y algunos están intentando frenarlas. Otro es la volatilidad. El hecho de que las siete empresas estén creciendo tan rápido hace que sean particularmente susceptibles a los vaivenes de las tasas de interés.
Un problema adicional de la concentración de valor es que muchos inversionistas tienen su dinero en el índice del S&P500 pensando que es una apuesta bien diversificada, sin percatarse de la enorme exposición que tienen a los siete magníficos.
¿Qué les depara a estas empresas en 2024? ¿Seguirán dominando la bolsa como lo hicieron este año? Es difícil aposar en contra de ellas, pero tengo mis reservas. Sus acciones parecen caras bajo ciertas métricas de valuación comúnmente utilizadas y por mejor posicionadas que estén para aprovechar la IA, llega un momento en que su colosal tamaño hace imposible mantener los rendimientos estelares que han generado en el pasado.