Robots por personas en McDonald’s

Ciudad de México /

Restaurantes de comida rápida como McDonald’s, Burger King y Domino’s Pizza se están automatizando cada vez más en búsqueda de eficiencias. Buenas noticias para sus clientes y accionistas. No tanto para sus empleados.

McDonald’s está probando una serie de iniciativas que podrían mejorar sus operaciones pero que podrían resultar en la pérdida de trabajos. En sus restaurantes de Chicago está utilizando robots para freír papas, pollo y pescado. También está experimentando con tecnología de reconocimiento de voz para sustituir a quienes toman las órdenes en su servicio de automac.

La digitalización de pedidos ha comenzado a ser más común en este tipo de restaurantes. Hace unos meses fui a un Burger King que de plano no tenía cajeros. Quioscos con grandes pantallas desplegaban los distintos menús. Navegar de uno a otro era muy sencillo, similar a utilizar un iPad. Para pagar había que introducir una tarjeta y con el recibo se recogía la orden en el mostrador. La interacción con humanos era casi nula.

Domino’s Pizza y otros restaurantes con servicio de entrega a domicilio están impulsando sus aplicaciones para que los clientes hagan sus pedidos directamente por internet, sin la necesidad de tener que hablar con una persona.

Los restaurantes de comida rápida, en particular, tienen la presión de mejorar constantemente su eficiencia para acelerar el tiempo de entrega a sus clientes, mejorar la calidad de la comida y ahorrar costos. Todos los esfuerzos tecnológicos que estamos viendo en McDonald’s, Burger King y Domino’s Pizza, entre otros, van encaminados en este sentido. Los incentivos de automatizarse aumentan cuando costos como los laborales aumentan (¡cuidado, maquiladoras!).

Una mayor eficiencia puede, por supuesto, beneficiar a los consumidores. Comida más rápida y más consistente, por ejemplo. O menos errores en los pedidos. Mayor eficiencia también puede resultar en mayor rentabilidad para las empresas y, por lo tanto, mejores rendimientos para sus accionistas.

Quienes no salen tan bien librados en el corto plazo son los empleados. La tecnología mejora la productividad, lo que permite hacer más con menos personas. Es cierto que la historia ha demostrado que en cada revolución tecnológica se acaban creando más trabajos de los que se destruyen. El problema es que la transición puede ser muy dolorosa.

En el caso de los restaurantes de comida rápida, gran parte de los puestos que están en juego son de grupos vulnerables: gente con poca preparación académica y jóvenes que buscan obtener ingresos para pagar sus estudios, por ejemplo. Dichos restaurantes ofrecen puestos con ingresos estables sin la necesidad de tener que contar con grandes habilidades técnicas. En ocasiones son promotores de movilidad social. Si empiezan a desaparecer estos trabajos, no les será fácil a los desempleados reubicarse en circunstancias similares.

juliose28@hotmail.com

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS