El impacto de la pandemia hacia las mujeres ha aumentado las brechas existentes para el logro de la igualdad.
La CEPAL informó que durante el 2020 hubo un retroceso de 10 años en el acceso de las mujeres al mercado laboral.
La emergencia sanitaria nos regresó a los hogares en condiciones más desiguales.
Aún no se lograba el reparto equitativo de actividades (que llevaba a hacer triples jornadas entre crianza, labores domésticas y trabajo remunerado) cuando la pandemia llevó el trabajo a la casa.
Las mujeres que, buscando autonomía económica, comenzaron a hacer uso de redes sociales para comercializar sus servicios, trueques y productos, ahora son llamadas “nenis” en un intento de ridiculizar su amabilidad.
A lo largo de la historia, la economía autogestiva siempre ha estado presente en las mujeres, ¿cuántas personas conocemos que terminaron sus estudios porque sus mamás hacían venta por catálogos? Y entonces, ¿de qué va esa burla?
Vivimos en una sociedad donde es más sencillo perpetuar el machismo descalificándonos si mostramos autonomía, a tener un pensamiento crítico para ver que las economías informales son producto de las desigualdades laborales que vivimos.
Sin intentar banalizar las problemáticas anteriores, nenis, ¿se dan cuenta de todo lo que nos han recordado?, nuevamente vienen a rescatar no sólo las economías familiares, sino también la del país; ustedes ponen sobre la mesa la oportunidad de seguir explorando alternativas económicas sustentables, nos abren la mirada a construir economías feministas justas.
Nos han demostrado que la solidaridad entre mujeres es posible y que nos lleva siempre a lugares más dignos, el tejer redes organizadas entre nosotras aporta a nuestras economías pero también la existencia de esos grupos de redes sociales para mujeres resultan ser un aliento emocional para muchas; entendemos nuestras vivencias y dolores, los acompañamos y los transformamos, a eso se le llama sororidad.
¡Que vivan las nenis!
@incidefemme