El club de los suicidas

  • Columna de Laura Ibarra
  • Laura Ibarra

Ciudad de México /

Estos días de calaveras, catrinas y muertos son un buen momento para volver la vista a los suicidios que alguna vez impactaron a la opinión pública en México. Algunos de los más relevantes se quedaron en el tintero (¿no sería más apropiado decir, en la era digital, “en el teclado”?) por no encontrar sitio en las 900 palabras de que dispone esta columna.

Pedro Armendáriz

Eran las 12:30 del martes 18 de junio de 1963, en el Hospital de la Universidad de Los Ángeles sonó un tiro que alarmó a médicos y enfermeras. Un paciente se había disparado con un “Colt” directo al corazón. Su esposa regresaba de almorzar cuando lo encontró muerto. Pedro Armendáriz, el gran actor mexicano prefirió ponerle fin a sus días a esperar que el cáncer de estómago lo llevara a la tumba. Tenía 51 años.

Se cree que Armendáriz compartió el destino de sus compañeros que participaron en la película The conqueror, la cual fue filmada en locaciones cercanas a un sitio en Nevada, donde el gobierno de Estados Unidos había realizado pruebas nucleares (Señores gringos, ¿no nos podrían indemnizar por la pérdida de nuestro gran charro nacional?). Es muy probable que la exposición a radiaciones haya sido la causa del deceso de John Wayne (cáncer de estómago y pulmón), Susan Hayward (cáncer de cerebro), Agnes Moorehead (cáncer del pulmón), y del director Dick Powell (cáncer de las glándulas linfáticas). Noventa y una de las 220 personas que participaron en el rodaje padecieron de esa enfermedad.

Miroslava Stern

Otro suicidio que impactó a la opinión pública, y que resulta casi incomprensible, fue el de la actriz Miroslava, uno de los rostros más bellos del cine mexicano. A juicio de algunos, la actriz más bonita que ha tenido el cine nacional. Se le atribuyen relaciones amorosas con Arturo de Córdova, Jorge Pasquel, Mario Moreno “Cantinflas”, y, el más notorio y publicitado, con el torero español Luis Miguel Dominguín.

Pero, ¿Por qué habría de suicidarse una joven de impresionante belleza, en la cúspide de su carrera -acababa de filmar “Ensayo de un crimen”, dirigida por Luis Buñuel, y su película “Escuela de Vagabundos”, al lado de Pedro Infante, era un éxito-, y que apenas tenía 29 años?

Parece que Miroslava tenía una personalidad depresiva, que se formó en los episodios traumáticos de su historia personal. En su infancia tuvo que abandonar Checoslovaquia, su país natal, debido a las persecuciones de los nazis. Su padre, el doctor Oscar Stern, judío, tuvo que revelar que en realidad Miroslava era hija de otro hombre, para que no fuera enviada al campo de concentración. Dijo que se había casado con su madre, cuando ésta ya estaba embarazada de otro hombre. A pesar de ello, la familia permaneció tres semanas en un espantoso campo de concentración. Antes de arribar a México, la familia Stern había peregrinado por Bélgica, Finlandia y Suecia.

El primer matrimonio de la actriz en México terminó en fracaso. Miroslava se había casado con un actor y estudiante de dirección de escena, Jesús Jaime Gómez Obregón, alias “el Bambi” (un apodo muy revelador para cualquier mexicana, pero seguramente no para una checa). El divorcio vino cuando Mirsolava se enteró de las inclinaciones homosexuales de su marido y que la engañaba con otro hombre.

Su suicidio, debido a una sobredosis por pastillas, fue objeto de muchas conjeturas. Se dice que cayó en una profunda depresión después de que la prensa diera a conocer el matrimonio de Dominguín con la actriz italiana Lucía Bosé, la madre del cantante Miguel Bosé. En la cama en que se encontró su cadáver había una fotografía tamaño postal con su imagen al lado de Dominguín. En la carta póstuma, que dejó a su hermano Ivo, le pidió: “Escribe y envía el regalo (una campanita de plata) a Luis Miguel Dominguín a Madrid y que sea feliz”.

Sin embargo, el periodista Jacobo Zabludovsy afirmaba que el verdadero amor de Miroslava era Mario Moreno, Cantinflas, y que la razón de su suicidio surgió cuando este le dejó claro que no dejaría a su esposa, la bailarina rusa Valentina Ivanova.

Después de su muerte, se afirmaba que Miroslava en realidad había fallecido acompañada de su amante en un accidente aéreo en San Luis Potosí. La gente relacionó dos muertes, la de Miroslava y la de Jorge Pasquel, yerno de Plutarco Elías Calles, político alemanista y dueño del periódico Novedades. Se decía que Pasquel vendía concesiones aprovechando sus buenas relaciones con el gobierno (era primo de Miguel Alemán) y que controlaba la aduana de Veracruz. Según los rumores el cadáver del séptimo pasajero, Miroslava, había sido sacado de los escombros de la aeronave y depositado en su cama.

Lucha Reyes

Lucha nació por la calle de Angulo, cerca del Parque Morelos (¿Hasta cuándo le haremos un museo aquí en Guadalajara?). Ella fue quien inició esa forma de cantar ranchero que imitaron tantas otras. Con un tono de voz rasposo y desgarrado, que adquirió después de una infección en la garganta, Lucha fue una de las grandes estrellas de los teatros y las carpas en México. Participó en varias películas al lado de Pedro Armendáriz, Jorge Negrete y Emilio Fernández. La imposibilidad de encontrar el amor y el gusto por el alcohol la empujaron a quitarse la vida el 25 de junio de 1944.

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