Los datos son devastadores.
En México hay más de 84 mil 432 menores desaparecidos y 812 han sido localizados sin vida. Continúan en condición de desaparecidos y de no localizados, 13 mil 811, es decir, poco más del 16 por ciento, y 6 de cada 10 menores desaparecidos son del sexo femenino, así lo dio a conocer la organización Causa en Común.
Durante 2023, los estados que reportaron mayor cantidad de menores registrados como desaparecidos o no localizados fueron:
Estado de México, Nuevo León, Ciudad de México, Puebla y Chiapas.
Además, diversos organismos de la sociedad civil coincidieron en los señalamientos hacia la actual administración federal por la falta de aplicación de protocolos, la inseguridad, la violencia criminal derivada del narcotráfico y la propia indiferencia de la población para solidarizarse con las familias, que son víctimas de la desaparición de menores.
Resulta escalofriante imaginar que miles de niños y niñas no regresan a su hogar.
La razón: las niñas y adolescentes mujeres corren riesgo al ser presas del crimen organizado y redes de trata de personas, y los niños y los hombres adolescentes, son usados como parte de un esquema de reclutamiento o de trabajo forzado.
Por su parte la Red por los derechos de la Infancia en México (Redim), reportó que la delincuencia organizada recluta a infancias en mayor estado de vulnerabilidad, aprovechándose de una condición de vida marcada por la desigualdad, la deserción escolar, la falta de acceso a la escuela, consumo de drogas o escasas posibilidades de desarrollo.
La organización enfatizó que el lugar inicial donde un menor puede sufrir algún tipo de violencia es en su propio hogar y que al llegar a la adolescencia, el ingreso a las redes de la delincuencia se puede interpretar como un mecanismo de supervivencia.
Es evidente que la actual política pública aplicada por el gobierno en turno para proteger a las infancias en México se ha visto rebasada por las condiciones de violencia criminal que se vive en todo el territorio nacional, y que sin duda ha afectado duramente a las niñas y los niños mexicanos.