Las encuestas sobre las elecciones del 6 de junio apuntan a un desenlace complejo: el balance de la votación podría impedir una lectura diáfana de los triunfos en esta ronda electoral.
¿Qué nos dicen las encuestas? Primero, a nivel federal, lo más probable es que el bloque de Morena y sus aliados sea el que obtenga más curules, pero sin lograr la mayoría calificada y, aunque menos factible, tal vez ni siquiera la absoluta.
En el plano estatal no se advierte que Morena y sus aliados puedan barrer, como se anticipaba al inicio de las campañas. De los 15 gobiernos estatales que están en juego, solo llevan la delantera en ocho: Baja California, Colima, Guerrero, Nayarit, Tlaxcala, Sonora, Sinaloa y Zacatecas. No hay manera de que triunfen en Querétaro, Baja California Sur y Chihuahua, y en el resto, la moneda está en el aire.
El contraste entre las expectativas que había para Morena y los resultados que anticipan las encuestas, sin duda le complicaría a este partido argumentar que el mandato otorgado por el electorado a la 4T en 2018 se hubiese renovado.
También para el PAN el panorama es complejo pues, aunque en alianza consiga frustrar la ansiada mayoría calificada para Morena y sus aliados, podría acabar desplazado por el PRI como segunda fuerza en la Cámara de Diputados. Los triunfos que logre en los estados no alcanzarían para compensar el haber sido superado por el PRI a nivel federal.
Aun así, para el PRI las cosas no pintan mucho mejor, ya que podría perder los ocho gobiernos que tiene actualmente en juego. Si bien en tres entidades —Campeche, Michoacán y San Luis Potosí— todavía tiene posibilidades de triunfar en coalición, en ninguna de ellas encabeza las encuestas. Y sabemos lo importante que ha sido el control de gobiernos estatales para la sobrevivencia del PRI.
Se anticipa un escenario poselectoral con posiciones aún más polarizadas que en las campañas. El balance sobre el desenlace de las elecciones dependerá más de la narrativa que se imponga una vez concluida la jornada electoral que de lo que arroje el conteo de votos en sí mismo. Y en esa segunda batalla, el partido gobernante tendrá a su favor al Presidente y el megáfono que representa la mañanera.
Leopoldo Gómez