Antes del 6 de junio, el debate se centraba en el tipo de elección que tendríamos: ¿Sería una suerte de plebiscito sobre el presidente López Obrador? ¿Mantendría Morena el apoyo popular de 2018? ¿Cuánto pesaría la aprobación presidencial en el voto para diputados?
Los datos de las encuestas de salida y los cómputos oficiales nos sugieren algunas respuestas. La encuesta de salida de Mitofsky confirma que, en contraste con lo que sucedió en 2018, Morena obtuvo más votos de los electores de mayor edad, de menores ingresos y menor escolaridad.
Morena tuvo ahora 40 por ciento del voto de quienes tienen estudios de primaria o menos, pero solo consiguió 30 por ciento de los que completaron la universidad. Entre los mayores de 50 años, alcanzó 43 por ciento de preferencias, mientras que entre los menores de 30 años apenas sumó 29 por ciento.
Pero no es la edad, ni la escolaridad ni el ingreso, sino la aprobación presidencial lo que separa más claramente a los votantes: 70 por ciento de aquellos que expresan acuerdo con el Presidente optaron por Morena y sus aliados, mientras que un porcentaje similar de quienes que no lo están, votaron por la oposición.
Si valoramos estadísticamente (en una regresión) el peso relativo de todas las variables consideradas en la encuesta de Mitofsky, la aprobación presidencial es la que mejor explica el sentido del voto en esta elección.
Frente a esta variable las demás palidecen, pues aun entre los electores con mayor escolaridad o más jóvenes, quienes están de acuerdo con el Presidente votaron mayoritariamente por los partidos que lo apoyan. Y fue ese respaldo lo que más pesó en su decisión.
Los cómputos oficiales de las elecciones para gobernador apuntan en la misma dirección, pues hay una clara relación entre la aprobación presidencial y el voto para los abanderados de Morena en cada uno de estos estados.
Tanto a nivel federal como estatal, el acuerdo (o desacuerdo) con el Presidente tuvo un enorme peso en la decisión de los votantes. En materia electoral, nada le suma más al Presidente que el amplio acuerdo ciudadano con el que cuenta. Mantener —e incluso extender— ese apoyo le será crucial de cara a la sucesión presidencial de 2024.
Leopoldo Gómez