Siempre que surge la menor provocación, me gusta hablar sobre Freddy Krueger, una creación del escritor Wes Craven que se convirtió en un símbolo del terror gracias a la creatividad que desprende. Si bien no todos los filmes tienen una calificación impecable, ya sea por actuaciones, ritmo o inconsistencias en la trama, eso queda a un lado cuando cualquier de los 7 filmes e incluso el encuentro Freddy vs Jason presentan escenas tan imaginativas. Ver cada pesadilla en pantalla es emocionante, porque logra confundirte con la realidad a la par de sus víctimas, y resulta empático porque todo hemos tenido al menos una vez una pesadilla memorable. Mi recomendación, además del primer filme, es el tercero Dream Warriors porque el enfrentamiento de los chicos confinados en un asilo mental contra Freddy tienen como resultado pesadillas sorprendentes.
La otra es Wes Craven´s New Nightmare que se contaría como la séptima aunque no lleva la continuidad con el resto, es un experimento meta, donde los actores e incluso Wes se personifican a sí mismos en medio del proyecto de otra película del personaje. De alguna manera se burla como celebra el legado. La historia del origen del personaje en la mente de Craven también es curiosa.
En entrevista a Vulture en 2014 comentó que una de las claves fue un artículo que leyó en el LA Times sobre una familia que escapó de Killing Fields en Camboya y logró llegar a Estados Unidos. “Las cosas iban bien, y de repente, el hijo pequeño estaba teniendo pesadillas muy inquietantes. Les dijo a sus padres que temía que si dormía, la cosa que lo perseguía lo atrapara, por lo que trató de permanecer despierto durante días. Cuando finalmente se durmió, sus padres pensaron que esta crisis había terminado. Luego escucharon gritos en medio de la noche. Para cuando llegaron a él, estaba muerto. Murió en medio de una pesadilla”.
Otro de ellos fue un chico que le molestaba en la escuela, y un vagabundo desfigurado que lo asustó cuando tenía 11 años. Para el guante, declaró que parte de la inspiración fue de su gato, mientras lo veía arañar el costado de su sofá una noche. “Parte de ello era hacer que el personaje fuera memorable, ya que parece que aquellos que han tenido éxito han tenido algún tipo de arma única, ya sea una motosierra o un machete”, comentó en otra publicación. No puedo dejar a un lado que clave del éxito fue también la interpretación de Robert Englund, quien le dotó de una personalidad cautivadora, de un humor macabro que se adhiere para volverlo inolvidable. El intento de reboot fue un fracaso por lo mismo, Freddy es diluido en favor de la violencia sin sentido y con una trama sin encanto. Pero la creación de Craven con Englund en la piel está tatuado en el horror para siempre.