Bioplástico, una alternativa prometedora

  • Mundo Industrial
  • Luis Apperti

Tamaulipas /

Científicos en China anunciaron recientemente que han desarrollado un innovador bioplástico molecular a base de bambú, que posee una resistencia mecánica y estabilidad térmica excepcionales, a la par de los plásticos convencionales, pero con la ventaja de ser completamente biodegradable en 50 días.

Investigadores de la Universidad Forestal del Noreste y la Universidad de Tecnología Química de Shenyang publicaron este avance, en la revista Nature Communications.

Este material se produce disolviendo la celulosa del bambú a nivel molecular utilizando un disolvente a base de alcohol no tóxico.

Luego, las cadenas de celulosa se reorganizan en una estructura densa y resistente mediante un proceso de estimulación con etanol.

El bioplástico resultante (conocido como "BM-plastic") iguala o supera a la mayoría de los plásticos comerciales en fuerza y estabilidad.

Se puede moldear utilizando técnicas industriales estándar, como moldeo por inyección, y mantiene su integridad a temperaturas superiores a los 180°C.

Es totalmente biodegradable en el suelo en aproximadamente 50 días, sin dejar microplásticos dañinos.

Es reciclable en un sistema de circuito cerrado, reteniendo cerca del 90% de su resistencia original después del reciclaje.

El bambú es una materia prima de rápido crecimiento y abundante en China, lo que lo convierte en una alternativa renovable ideal a los plásticos derivados del petróleo.

Este desarrollo es visto como una alternativa prometedora para reducir la contaminación global por plásticos, especialmente en aplicaciones de un solo uso, embalajes y piezas industriales.

Mientras muchas economías debaten regulaciones y prohibiciones al plástico tradicional, China apuesta por liderar la alternativa material, no solo la norma.

En un mundo saturado de polímeros derivados del petróleo y de promesas incumplidas sobre economía circular, el bambú aparece como símbolo y solución.

Quien controle los materiales del futuro controlará buena parte de las cadenas de valor del consumo masivo: empaques, textiles, componentes industriales.

El mensaje que se manda es muy fuerte; La transición ecológica no se logrará solo con prohibiciones, sino con materiales competitivos que funcionen dentro del mercado.

Si el bambú logra reemplazar una fracción significativa del plástico convencional, no será solo una victoria ambiental, sino un recordatorio de que la innovación sostenible también es una forma de liderazgo económico.


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