Como pronostiqué, ganaron las mujeres.
Aunque en general en este proyecto editorial no nos infiltramos en procesos electorales, porque nuestra misión es describir lo que sucede y no solo participar en lo que está sucediendo, pero con la venia del patrón, como diría el Quijote, puedo describir que ya apareció una candidata femenina, tal y como lo había pronosticado, en términos de que la mujer está teniendo, en esta época, una especial beligerancia en todas las ramas del saber y del conocer.
Pero también la tiene en la política, lo cual muestra el predominio del cromosoma XX, que está surgiendo para recuperar sus derechos ancestrales, que se le habían quitado por cuestiones históricas o por fenómenos culturales difíciles de explicar.
Xóchitl es una mujer empresaria, porque empezó vendiendo gelatinas y luego se hizo experta, a través de la UNAM, en vender aspectos derivados del importante tema de la biogenética y en particular de la genética ambiental. Por eso está bien preparada, tiene sentido común y es una persona diferente a lo que tenemos en la actualidad, en donde predomina más la política del poder que la política del saber.
Me da gusto que participen mujeres como Beatriz Paredes, que es una eminencia, u otras que aparecen en el tablero, porque yo siempre he querido, amado y respetado a las madres, porque soy hijo único y sé que la mujer tiene antecedentes y ruta bien amplia para resolver problemas, y además menos defectos como la corrupción o malas estrategias, como los hombres.
Y la mejor prueba está en esta dama que, junto con Beatriz, eran para mí las candidatas idóneas, pero resultó que Xóchitl se identifica más con la gente y esa fue su ventaja, puesto que estos años son años de humor femenino y no solo masculino.
Ojalá le vaya bien a Xóchitl y a todas las damas que participan, porque la mujer tiene elementos extraordinarios para gobernar, de los que muchos hombres carecemos.
Descartes: Pienso, luego existo… Hay que tomar las oportunidades cuando llegan y la época de las mujeres ha llegado. Ellas tienen que aprovecharla en beneficio no solo de su sexo, sino de su ambiente y modificar la cultura nacional de un gran país como es el nuestro.