Otra vez en Los Altos de Jalisco.
Parece una burla de los grupos clandestinos que dominan, porque esa es la palabra, regiones importantes de nuestro país como es la de Jalisco y muchas otras. Una semana después de que ya se están dado por muertos cinco jóvenes, desaparecen cinco hermanos que iban en un carro en la región de Los Altos de Jalisco y no alcanzaron su destino, según su familia. Y yo me pregunto: ¿en dónde estamos viviendo?, si la seguridad no está siendo preservada por el Gobierno, siendo ésta su obligación fundamental.
Es increíble que en México hemos llegado a la anestesia social, porque ya no nos importa la muerte de jóvenes, que frecuentemente sucede en muchos estados de la República. Pero ahora, como una burla, los jefes de los cárteles, porque no son los gobernadores, demuestran con hechos que el crimen organizado domina y que el Gobierno solo es un aderezo para escuchar palabras mañaneras.
Ejemplo de ello es que ya ni podemos mandar a nuestros hijos a visitar a su familia, porque en algunas zonas de la nación los jefes son otros y el Gobierno no ofrece resultados, que es cuidar la salud y la seguridad de aquellos a quien dice gobernar y que votaron por él.
Los resultados ahí están: jóvenes secuestrados, muertos, desaparecidos, feminicidios, pésimo prestigio internacional de nuestro país, que tiene rasgos excepcionales de una gran nación; pero no un gran gobierno. Mientras eso sucede:
Hay muchos candidatos a ocupar el Gobierno y esperamos que exista un cambio, porque lo único que no cambia es el cambio social, biológico, físico y político, porque si seguimos así, vamos a ser comparados con Nicaragua, Venezuela, Cuba o algunos países africanos, en donde los que mandan son los malos y los buenos no quieren ni ir a visitar esos lugares.
Yo siento y me da una enorme tristeza que mueran personas jóvenes que todavía no cruzan el umbral de la vida misma, lo que nos hace perder nuestra sensibilidad cultural, como país de excepción.
Descartes: Pienso, luego existo… Por favor, los encargados de seguridad reconozcan su fracaso, para que tomen una actitud de cambio y manden los que deben mandar, porque en nuestro país ahora mandan los que no debieran mandar.