El doctor Guillermo Torre, rector de TecSalud y vicepresidente de Investigación del Tec, informó públicamente que tiene un proyecto, junto con otras instituciones, para detectar el genoma de México. Es decir, ver el mapa genético de quienes aquí vivimos y con esa base planear tratamientos para enfermedades hereditarias específicas, puesto que cada región del mundo tiene variaciones en el genoma, o sea en el mapa genético de las personas.
Cuando estaba yo de embajador en la Unesco, me tocó participar en la discusión, junto con Crick, Watson y Jean Dausset (Premio Nobel los tres), en la polémica entre países, pues algunos querían que el genoma fuera patrimonio del mundo y por lo tanto que no se comercializara. Pero EUA y otros países votaron en contra y terminó en el comercio una parte de los 33 mil genes que se habían ya clasificado en aquella época. Ahí aprendí sobre este tema.
También en los congresos de biotecnología estuve en contacto con el doctor Caskey, de Baylor University, que tenía esa subespecialidad y un laboratorio central que comercializaba el análisis, por muestra sanguínea o de saliva, de la característica genética de cada quien, para conocer de dónde proviene nuestra herencia y las enfermedades hereditarias posibles y también nuestras fragilidades ante los diferentes padecimientos que asolan a la humanidad.
Yo pienso que esta idea del rector de TecSalud es buena y debe hacerse un muestreo de las diferentes partes del país: del sur, del norte, del centro, del altiplano, para conocer y planear el futuro de las posibles enfermedades y prevenirlas. Esto ya había sido visualizado por el entonces secretario de Salud, José Narro Robles, y participó en esa planeación el doctor Áncer, que en aquella época trabajaba como secretario del Consejo de Salubridad General, que ahora ha sido desplazado por el monoteísmo.
Valga este comentario para felicitar al Tec y espero que la UANL se adhiera a este proyecto, recordando las experiencias que tuvo el doctor Áncer sobre las enfermedades no transmisibles y tengamos nuestra propia fórmula genética nacional.
Descartes: Pienso, luego existo… Ese tema visualiza el futuro. Ojalá se adhiera la UANL, que tiene genetistas, a este útil proyecto del y el Tec.
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