Se los advertimos.
Yo recuerdo, hace algunos artículos, que meditando sobre el tema electoral me di cuenta que en la vida nacional se estaba empujando fuertemente el factor femenino. Y así como una piadosa y obediente dama, Claudia Sheinbaum, es la candidata de Morena, de pronto apareció una dama con una cultura de excepción, Beatriz Paredes, y otra que tiene por nombre Xóchitl Gálvez.
Por cierto Xóchitl, quien tiene antecedentes indígenas, es capaz de entrar en los diálogos macabros que el Presidente preconiza en esta época y en sus mañaneras. Esto último, según dice él, en uso de su libertad, pero sin tomar en cuenta la responsabilidad y el respeto a la soberanía grande que la Presidencia implica.
Es interesante, para cerrar el cuadro, que la senadora Indira Kempis, que fue rechazada por Movimiento Ciudadano, está en entredicho de hacer o no hacer y de decidir o no decidir, pero que ya se está convirtiendo en una fuerza activa dentro del panorama político nacional.
De ahí que en ese partido querían dejar fuera a Indira, que no tiene cola que le pisen y que representa los valores indígenas y la defensa de la mujer, y que se ha caracterizado siempre por ser una persona honesta. Y entonces ella dijo: “¿Y yo, por qué no?, y si no tengo cola que me pisen y tengo conocimientos suficientes, por qué no poder entrar en mi calidad de mujer mexicana a este conflicto electoral que va a generar un cambio histórico para nuestro país”.
Indira, Beatriz, Xóchitl y Claudia son mujeres que tuvieron oportunidades en las diferentes ramas que abordaron y que además se distinguieron en diferentes ideologías, como fue el caso de Morena; o con diferentes formas de ser, o Xóchitl, que tiene antecedentes de humildad y de capacidad para no tenerle miedo a un sistema prefabricado, extraordinariamente bien planeado y que dificulta mucha la incorporación de estas mujeres valiosas, como Beatriz, a la gesta electoral.
Pero como nadie lo había visto, bruscamente nos encontramos con una candidatura, teórica, de cuatro mujeres, pues sus nombres están sonando, haciendo ruido, para ser presidenta de México, que esperamos sean mejores que los hombres, a quienes nos han tocado muchos puestos públicos y no hemos verdaderamente resuelto los problemas y dejado huella permanente de que las féminas no pueden con el paquete.
Porque, al contrario, las candidatas a gobernadoras y funcionarias que han logrado tener buena posición, por su prestigio y por su capacidad de género, han mostrado que tienen los tamaños para incorporarse a la gesta del poder, que para mí no es tan importante como la gesta del saber, pero para mucha gente sí es importante tener una presidenta. Imagínense ustedes lo que esto repercutiría en México y sus costumbres, y lo que ayudaría a la apertura real de la democracia mexicana.
Descartes: Pienso, luego existo… Ésta es la época de la mujer en todas las ramas del sector público y privado, como por todo el mundo lo vemos. Yo estoy seguro que, si el sistema lo permite, una mujer va a ganar, ya sea Beatriz, Xóchitl, Indira o Claudia, y vamos a tener al final no un rey, como actualmente se tiene, sino una reina que quizá, y así lo espero, será mejor que las monarquías masculinas que hemos sufrido a lo largo de nuestra historia.