El valor de los recuerdos.
El que no conoce su historia, dicen, está condenado a repetirla; pero también algo de historia estimula la conciencia y despierta el instinto de servir y de crear, para fortalecer un sello personal e imprimir un recuerdo permanente. El 17 de octubre de 1973, el suscrito tomó posesión de la rectoría de la UANL y recuerda que exactamente un mes antes, un grupo guerrillero sacrificó a un personaje representativo de la fortaleza emprendedora que caracteriza a nuestra entidad: don Eugenio Garza Sada.
Este hombre tenía, además, una visión social y educativa, y fundó una importante institución, el Itesm, y contagiaba con sus principios la revolución industrial y con visión social imprimió el sello que cataloga a Nuevo León como un estado modelo del desarrollo industrial.
Valga esta memoria para convocar a los actuales empresarios a conservar, en las entrañas de la libre empresa, la sensibilidad humana y la visión social, que fueron las características de este personaje que dejó huella y cambió la historia de nuestro estado.
Descartes: Pienso, luego existo… Hay caminos en la historia que son imborrables. Don Eugenio construyó uno de ellos.
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