La importancia del Conacyt

Ciudad de México /

La ciencia no tiene geografía.

El Conacyt nació en 1970 y el presidente Echeverría, siendo yo rector, me nombró miembro del Consejo y conozco muy bien su historia y la evolución financiera, que no ha sido muy jerárquicamente importante para los gobiernos mexicanos, siendo esto un error fundamental en el desarrollo y en el progreso social.

Al Conacyt, en 1970, se le asignó 0.3 del Producto Interno Bruto y en la actualidad tiene 0.36; o sea, no llega ni a 0.4, cuando en el Congreso ya se ha autorizado varias veces que al menos tenga el 1% del PIB, y que trate de alcanzar a Suecia, que tiene el 3.3% o a Israel, que tiene el 4.9%, o a EUA, que tiene el 2.8% y Corea del Sur, que tiene el 4.8%. Y es un ejemplo notorio de cómo la tecnología y la innovación generan progreso social.

Lo anterior sin importar si la investigación se hace por instituciones públicas o privadas, pues en Japón la mayor parte de la investigación se hace por las mismas empresas, e igual sucede en Corea y también en EUA hay una relación empresa-universidad, lo que llamaba Nati la triple hélice, que era empresa, universidad y gobierno.

Posteriormente se fundó el Sistema Nacional de Investigadores para darle motivación extra a los investigadores y se clasificaron en I, II y III, y actualmente existen 33 mil 165, de los que muchos provienen de la iniciativa privada y la mayoría de las entidades universitarias. La UANL tiene más de mil investigadores en el sistema y actualmente el IMPI le dio el título de marca famosa, que solo comparte con 57 instituciones industriales privadas y públicas. Así, la UANL fomenta la investigación, la producción de patentes y valor agregado de nuestros productos, protegiendo así la soberanía y no depender totalmente de los países desarrollados.

El haber aprobado el Congreso la ley de la doctora Álvarez-Buylla denota una sinrazón, porque el término humanismo es una corriente filosófica que quiere que el ser humano tenga los valores griegos y latinos de respeto al hombre.

Descartes: Pienso, luego existo… El IMPI honró a la UANL, después de someterse a encuestas, investigaciones de mercado y otros medios, para cumplir con sus demandas. Hay que recordar que la ciencia no tiene fronteras y es tan importante que aguanta cualquier cosa.


  • Luis Eugenio Todd
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