Legalizar el cultivo de la amapola

Monterrey /

Buena idea, pero con control.


Recientemente el secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, señaló que es una buena idea legalizar el cultivo de la amapola y con ello generar su industrialización en beneficio del dolor y de la medicina, ya que de ella se extraen sustancias valiosas para la salud.

La idea del general es buena porque, según dicen, solo en Guerrero hay más de 30 mil personas que viven del cultivo de la amapola y son consideradas como parte del sistema del narcotráfico, aunque la verdad es que es gente necesitada que cultiva una planta con la que se obtiene morfina, codeína y muchas otras sustancias que actualmente escasean en el mercado y que son analgésicos y antitoxígenos extraordinariamente efectivos para algo que mortifica siempre al buen médico y que lastima al paciente: el dolor.

Esta aseveración forma parte de la nueva corriente para legalizar las drogas, la que tiene su historia, pues Carlos Fuentes hace más de 20 años lo propuso y el suscrito tiene dos libros escritos sobre adicciones, en los que se sugiere ese mecanismo, basado en la tesis de que cada quien es responsable de lo que consume, siempre que no afecte la vida de los demás y con los antecedentes de que en otros países ya se inició ese proceso.

Sin embargo lo más difícil, y hay que lograrlo, es controlar la venta y tratar a los adictos como enfermos, aplicando el criterio de salud pública. Así se lograría, por un lado, evitar parte del narcotráfico y por otro dar acceso a la curación de las adicciones, que son las enfermedades del siglo XXI. Reitero mi entusiasmo porque este tema vuelva a la discusión pública y ojalá el nuevo gobierno la maneje con espíritu científico y no con alardes demagógicos, como a veces se antoja en muchos temas.

  • Luis Eugenio Todd
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