A Óscar Wong.
El pasado sábado 25 de octubre, día de San Judas Tadeo, inició la tradición de Las Reliquias en la Comarca Lagunera de Coahuila y de Durango.
La cual, revivirá el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe en los municipios integrados a esa región.
En ambas fechas, la celebración, traída hace más de 100 años por migrantes zacatecanos a la Comarca, tiene un profundo sentido para las clases medias y populares de la comunidad lagunera.
En esencia, como puntualizaba el fallecido historiador Sergio Corona, la reliquia es “un acto colectivo de culto ético y filantrópico, como muestra de gratitud y solidaridad (de los laguneros) hacia su comunidad” (por favores recibidos por San Judas, la virgen de Guadalupe u otros santos).
Por ello, continuaba Corona: “esta tradición es un legado cultural invaluable, (por estar) enraizado en valores que trascienden lo puramente religioso para abrazar lo humanitario y lo ético”.
La reliquia tradicional tiene esta secuencia: “misa católica o acto litúrgico entre familiares, vecinos, trabajadores o colaboradores de alguna institución e invitados.
Rezo de los cinco misterios. E inicio de la comida” con danza de matachines a golpes de incansable tambor.
La comida está compuesta por un asado de puerco o "asado de boda" y siete sopas diferentes.
“Estos platos son compartidos entre los presentes y aquellos que lo soliciten, incluso fuera de la comunidad,” para enfatizar el sentido filantrópico y comunitario del evento.
Mientras el asado de puerco alimenta el cuerpo; las siete sopas nutren el alma porque “simbolizan las siete virtudes contrarias a los pecados capitales”.
Por ello, este año me encomendaré a San Juditas y la Virgen de Guadalupe para ofrecer mi propia reliquia en Torreón en 2025, sí ambos me conceden siete milagros en la vida política de Coahuila; uno por cada sopa.
El guisado de puerco es lo de menos, nuestros políticos están de sobra bien alimentados. (Continuará).
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