Antier sábado se conmemoró el Día Mundial de la Población. Hace 31 años, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hizo un llamado para reparar en las implicaciones que tenía para nuestro medio ambiente el crecimiento que seguíamos mostrando en el planeta.
A finales de la década de los sesenta se había reconocido como uno de los derechos humanos la libre decisión de cuántos hijos tener y cada cuándo; dos décadas más tarde, se encendía la alarma porque seguíamos creciendo aceleradamente, a pesar de la existencia de métodos de planificación familiar.
Lo que pronto se reconoció fue que millones de mujeres realmente no tenían acceso a tales métodos para regular su procreación; debido a la falta de cooperación efectiva de muchos gobiernos y al gran poder que ejercen el patriarcado y el machismo sobre el cuerpo de las mujeres. A su vez, la férrea oposición al uso de anticonceptivos por parte de los tres principales monoteísmos, logró su cometido.
Nuestra sobrevivencia como especie, depende esencialmente de nuestra capacidad para producir alimentos; del territorio donde nos asentamos para vivir; de la generación de energía y, del consecuente consumo que hacemos de los recursos naturales, siempre delimitados.
Hoy, con 7,797 millones de habitantes en la Tierra, parece que la cifra estimada para el año 2030, calculada en 8,600 millones de almas, será superada –si no pasa algo más dramático de lo que está sucediendo en el orbe, debido a la pandemia del COVID-19. Varios países comienzan a evidenciar que sus sistemas de control sanitario para detener el coronavirus SARS-CoV-2 está dando resultados.
China y la India ocupan los dos primeros sitios. La primera nación reporta 1,439 millones de personas; a pesar de haber aplicado en los años 70, una rudísima política de natalidad consistente en un hijo por pareja, so pena de pagar impuestos onerosos; su índice de fecundidad promedio, por cada mujer en edad reproductiva, ahora es de 1.6 hijos. Le sigue la India, con un total de 1,380 millones de individuos, pero con un índice de fecundidad de 2.2. Varias zancadas atrás, en orden decreciente, están los países restantes de la tabla de los diez más poblados: E.E.UU., Indonesia, Pakistán, Brasil, Nigeria, Bangladesh, Rusia y, México. Estamos apuntados, para compararnos