Una reducida parte de la sociedad está representada en los medios de comunicación. Queda excluida otra que no tiene la estatura para convertirse en “noticia”. ¿Qué es una noticia? Aquello que puede vender; un acontecimiento extraordinario atrapa-lectores; un relámpago; una expresión “amarra navajas”, capaz de generar ríos de tinta durante días, semanas, meses o años.
Por ello, si un suceso se torna cotidiano, habitual, trivial, es probable que nunca trepe por las melosas montañas hasta convertirse en noticia. Dicho evento “insignificante” será eclipsado por aquello auténticamente “chispeante”.
John Allen Paulos, filósofo de la ciencia y matemático, escribió -entre otros textos- dos libros de gran valor pedagógico para el campo mediático: “El hombre anumérico” y, “Un matemático lee el periódico”. A lo largo de casi 400 páginas, deja claro el perverso papel que tienen las noticias en las mentalidades colectivas; acostumbradas a pensar con pocas luces y casi siempre con escaso rigor; ellas y ellos forman parte del “pueblo bueno y sabio”, que a muchos les gusta enarbolar para ganarse candorosamente miles de votos.
Desde hace cuatro meses, millones de personas, de familias en México y en otros países, han perdido su medio de sustento para ganarse la vida. Han empobrecido cada día; perdiendo no solamente lo poco que tenían, sino que esos negocios que les permitían sobrevivir, cayeron en una desgracia tal que no hallan la puerta para resolver sus más elementales necesidades.
¿Quiénes van a emprender una actividad comercial, si el retorno será “gradual, ordenado, cuidadoso y, con porcentajes de aforo que de una semana a otra pueden reportar cero consumidores o visitantes? Esas pequeñas empresas pueden fenecer intempestivamente. Creo que en el mediano plazo pocos se atreverán a emprender una actividad que dependa del consumo en el espacio público.
Parece que seguiremos en la cultura del entretenimiento. Estaremos atentos para ver qué nuevos memes, cartas, declaraciones o mentadas de madre se lanzarán entre liberales de la 4T y los conservadores, pues ahora el mundo es binario. La idea consiste en no voltear a ver los rostros de carne y hueso que viven fuera de los medios de comunicación, para no enfrentarnos a la colosal y cruel realidad que está reproduciéndose en millones de hogares.