El neolibelarismo es el sistema político que permitió una amplia liberalización de la economía, el libre comercio en general y una drástica reducción del gasto público y de la intervención del Estado en la economía en favor del sector privado, que pasaría a desempeñar las competencias tradicionalmente asumidas por el Estado.
Con sus pros y contras, el neoliberalismo fue adoptado en México por anteriores sistemas presidenciales. Pero culpar a todo de todos los males y hacerlo chivo expiatorio de actuales errores, lo reduce a un acción maniqueista. Así el discurso del Presidente, cual disco rayado, culpa a todo del neoliberalimso, incluso a los feminicidios.
En días pasados, fuimos conmovidos por la desaparición de Fátima, una niña de siete años y encontrada días después muerta. Días antes, Ingrid fue objeto de algo similar por parte de su pareja sentimental. Esto habla de que algo malo está pasando en el país, la descomposición social está alcanzando niveles inaceptables. No es posible que desde el púlpito mañanero se hable de la rifa de un avión, cuando el país es realmente un cementerio, ya que el crimen organizado y el narcotráfico no le dan tregua a la guardia nacional, pero les recuerda cada mañanera, que también son humanos y merecen respeto, abrazos en lugar de balazos. Ya dio de sí el discurso, la realidad supera las palabras, las promesas de campañas con creces fueron superadas, y sin querer queriendo le sigue pegando a la clase menos favorecida del país. ¿No que primero los pobres?
El país se convulsiona, se divide, se desgasta a la gente trabajadora que confiaba en su seguro social o popular, pasan noches y días en los rincones de los hospitales para ver cuando son atendidos.
No olvidemos las muertas de Juárez, que son la primera gran manifestación de lo que es el feminicidio. El feminicidio se define como el asesinato de mujeres debido a su condición de género, es decir, por el mero hecho de ser mujeres, por lo cual es siempre perpetrado por un hombre. México, siempre fiel al presidencialismo, ahora percibe un mal ambiente que ha generado el Presidente con sus lamentos, de que todo está mal por culpa del neoliberalismo del cual él vivió cómoda y plácidamente, y hasta libros de economía desde el punto de vista neoliberal escribió, e hizo todo lo posible por firmar el clásico neoliberal que es el acuerdo económico con los Estados Unidos y Canadá.
Ciertamente, las mañaneras llenas de proverbios o aforismos, no se propone a dar buenos consejos para la sociedad, sino que sencillamente quiere describir la vida proyectándole la culpa al neoliberalismo o a los gobiernos anteriores, la cual justifica y le sirve, para solapar su enorme egoísmo y su mal gobierno, porque no define a donde vamos o que línea aceptamos.