En un contexto donde la educación es el principal motor de cambio, la Universidad de Guadalajara (UdeG), a través del Sistema de Educación Media Superior (SEMS) liderado por César Barba Delgadillo, ha dejado una huella significativa en Jalisco. Su gestión no solo ha incrementado la matrícula, sino que también ha asegurado que todos los jóvenes tengan un lugar en sus aulas, logrando la admisión del 100% de los aspirantes. Este esfuerzo ha sido un pilar para combatir la desigualdad en la región.
El crecimiento del SEMS es notable: en los últimos años, se han creado más de 30 mil nuevos lugares, llevando la matrícula de 158 mil a más de 184 mil estudiantes. Estos logros han sido posibles a pesar de las restricciones presupuestales, lo que evidencia una gestión eficiente y comprometida con la educación. Programas como "Semestre Base" han sido esenciales para nivelar los conocimientos de los estudiantes, brindando apoyo a aquellos que más lo necesitaban y asegurando que nadie se quede atrás en su formación.
Con estos datos, los que estamos atentos a la vida pública de Jalisco, ahora entendemos por qué muchas organizaciones de la sociedad civil y de la academia están viendo con buenos ojos el relevo en camino a la rectoría del actual titular Ricardo Villanueva Lomelí en Cesar Barba Delgadillo. Esta percepción positiva se debe a que los logros alcanzados en los últimos años no solo han sido cuantificables, sino que también han impactado profundamente la percepción de la UdeG como una institución sólida y confiable. La continuidad de una visión enfocada en la educación de calidad ha generado expectativas favorables sobre el futuro de la universidad bajo un nuevo liderazgo.
La inversión en infraestructura y la mejora de la conectividad han sido otros de los puntos fuertes de su administración. Se destinaron más de 350 millones de pesos a la modernización de aulas, construcción de espacios y la instalación de puntos de acceso a internet, lo que ha permitido mejorar la calidad educativa en los 175 planteles de la UdeG. Esta apuesta por el crecimiento ha sido un ejemplo de cómo la educación puede ser un puente hacia el desarrollo social.
La importancia del relevo generacional no ha pasado desapercibida en esta gestión. La UdeG ha trabajado para que la transición de liderazgos garantice la continuidad de una visión enfocada en la inclusión y la equidad educativa. Este relevo es vital para mantener el impulso y seguir transformando la vida de miles de jóvenes en Jalisco. Al fin y al cabo, el verdadero éxito de una institución educativa radica en su capacidad para adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad y preparar a las futuras generaciones para enfrentar los desafíos que se avecinan.
La gestión de César Barba Delgadillo ha sido un reflejo de cómo la educación puede ser una herramienta poderosa para cambiar realidades. Y mientras la institución mira hacia el futuro, queda claro que la semilla del cambio ya ha sido plantada. Nos leemos la siguiente semana y recuerda: luchar, luchar siempre, pero siempre luchar desde espacios más informados que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.