El pan francés es una delicia

  • Vida cotidiana
  • Luis Walter Juárez

Laguna /

Mucho se ha dicho durante los últimos años que el pan francés, simplemente es de lo mejor de la gastronomía no solamente en Torreón, sino en toda la región lagunera. 

La verdad que quienes vienen a La Laguna y saborean este pan, reconocen su calidad y además, de inmediato empiezan a hablar de todo lo que se puede hacer con el mismo, desde tortas tradicionales, hasta degustarlo con diferentes platillos. 

Hasta ahora se les está haciendo un justo reconocimiento a los panaderos de Torreón, luego de que en el ayuntamiento en una sesión conjunta de la comisión de Educación, Arte y Cultura, junto con Desarrollo Económico, fuera aprobado por unanimidad declarar al pan francés como patrimonio turístico, gastronómico y cultural del municipio. 

Hasta ahí todo está bien, pero lo más correcto es que se hubieran puesto de acuerdo con los demás municipios, ya que lo mismo en Gómez Palacio que en San Pedro, Madero, Matamoros, Viesca o Lerdo, hay excelentes tahoneros que elaboran también el pan francés y su calidad no se puede poner en duda. 

Por algo se empieza y el cabildo de Torreón recibió la propuesta impulsada por la dirección de Comercio y Turismo, así como por la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México, la Canaimpa, delegación Laguna. 

Ya ahora la propuesta la tiene el cabildo y será en su próxima sesión en donde se analizará, se revisará y si todo sale a lo acordado, la misma se aprobará. 

En La Laguna, cada familia tiene su panadería preferida, además, ahora a las mismas los grandes centros comerciales les han hecho la competencia, por lo que todos han buscado mejorar la calidad de su producto. 

De verdad que quienes viven en la región lagunera le han agarrado mucho gusto al pan francés, ya que el mismo no puede faltar en los lonches de adobada, además muchos negocios los utilizan para hacer tortas de todos sabores y colores. 

Pero quienes los domingos gustan de comer el rico menudo, saben que el mismo no está completo si no tiene un pan francés al lado.

Algunas familias utilizan estos panes blancos para comerlos con frijolitos y queso gratinado y los cuales se conocen como molletes, otros más los calientan a la plancha y les untan mantequilla y los bañan con azúcar o les colocan mermelada. 

No cabe duda que bien vale la pena reconocer la exquisitez de este pan y mucho mejor, que se le dé un merecido reconocimiento.


Walter.juarez@milenio.com

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