No cabe duda que el transporte urbano en La Laguna de Durango es por demás arcaico, ya que las unidades que circulan por Gómez Palacio, Lerdo y demás municipios, son obsoletas, con muchos problemas físicos y mecánicos.
Muchos de los choferes, son unos verdaderos cafres, además traen sus camiones como si fueran antros, sin olvidar la burla que hacen a las autoridades de Tránsito y Vialidad, así como a las de Transporte, al traer los parabrisas totalmente polarizados y por si fuera poco, tratan muy mal a los usuarios.
Hay rutas como San Antonio, Cereso, Termo y Santa Rosa, entre otras, que son las que más quejas tienen, las que más participan en accidentes viales y los dueños de estos transportes, felices porque no les exigen unidades nuevas y sus choferes prácticamente son los dueños de las calles en Gómez Palacio y Lerdo.
Para que todo marche sobre ruedas en beneficio de los transportistas, algo más tiene que suceder, ya que no solamente es dar servicio con chatarras y contar con choferes mal encarados, también tienen que contar con uno que otro funcionario, principalmente de Autotransporte, los cuales se colocan en puntos estratégicos y en los mismos solamente estiran la mano y dejan que todo siga su curso.
No cabe duda que el interés tiene pies y los del pulpo camionero de La Laguna de Durango, saben que el Metrobús les vendría a quitar sus minitas de oro que son sus carcachas, por lo que en forma radical se oponen a que el mismo circule en Gómez Palacio y Lerdo.
Es por eso, que el pasado domingo recibiendo indicaciones, los transportistas usaron sus unidades para “acarrear” gente al evento de Andrés Manuel López Obrador y ya en el acto político, se dedicaron a “reventar” al gobernador Rosas Aispuro y a la alcaldesa Lety Herrera, para finalmente servir de comparsa y gritarle al Presidente que no quieren el Metrobús.
La verdad que todo fue bien orquestado y los transportistas lograron su objetivo, mientras que los ciudadanos, que son quienes se verían beneficiados con el Metrobús, ahora tendrán que esperar tiempos mejores.
Ahora ganaron los dueños de las chatarras, pero de que serán más vigilados, eso ni duda cabe.
walter.juarez@milenio.com