Otro desastre

  • Vida cotidiana
  • Luis Walter Juárez

Laguna /

El puerto de Acapulco no deja de sufrir los estragos de la naturaleza y es que todavía se recuerda el paso del huracán Otis el año pasado, mismo que destrozó con sus ráfagas de viento casas, restaurantes y hoteles, además de dañar parte de la infraestructura eléctrica, tanto en la zona metropolitana como en la rural. 

Ahora de nueva cuenta, los habitantes de ese sitio turístico están pasando por momentos difíciles, ya que lo que en un principio era un ciclón tropical de nombre Johan y el cual ya se había degradado, volvió a tomar fuerza y se intensificó a huracán, provocando que en esta ocasión las lluvias que fueron intensas, provocaran serios daños, inundaciones por todos lados, personas que fueron arrastradas por la corriente y el menos cuatro perdieron la vida. 

Algunos familiares que viven en Acapulco, comentan que han sido catastróficos los daños, que hay muchas casas inundadas así como negocios, calles colapsadas, vehículos que fueron arrastrados y lo más triste es que las colonias de la periferia sufrieron los embates de este huracán y las humildes viviendas quedaron dañadas. 

También me mencionaron que el destino turístico todavía no se había recuperado del paso de Otis, por lo que ahora van a tener que sufrirle para volver a levantarse, para reconstruir sus casas, mientras que los dueños de locales comerciales sobre la costera Miguel Alemán, sobre la zona hotelera, saben que ya no tienen dinero para invertir, por lo que esperarán a que el gobierno federal ya bajo el mando de Claudia Sheinbaum, presidenta electa, pueda apoyarlos para tratar reconstruir sus negocios y viviendas y en pocas palabras, volver a luchar por su subsistencia. 

Saben los acapulqueños que difícilmente se recuperarán pronto, saben que tendrán que trabajar a marchas forzadas y volver a estar de pie, ya que vienen las vacaciones de invierno y las mismas podrían ayudarlos a impulsarse rumbo al 2025. 

No cabe duda que las familias acapulqueñas están acostumbradas a sufrir los embates de la naturaleza, por lo que tampoco se duda que en esta ocasión vuelvan a salir adelante. Mientras en Acapulco se inundan, en otros estados las lluvias han logrado llenar sus presas y en esta región se viven momentos de incertidumbre ante la falta de precipitaciones, por lo que con el bajo almacenamiento tanto en los vasos de la Lázaro Cárdenas como en la Francisco Zarco, el panorama para los agricultores es negro, ya que el ciclo agrícola del próximo año podría cancelarse. 

Solamente el tiempo lo dirá y si una lluvia extraordinaria pueda hacer el milagro en las dos presas del estado de Durango que surten a la región lagunera.


Walter.juarez@milenio.com

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