Después de la tempestad viene la calma, por lo que ahora llega el recuento de los daños ocasionados por las “lluvias atípicas” que azotaron al municipio de Torreón. Fueron pérdidas millonarias las que se sufrieron, vehículos dañados, casas colapsadas y otras más que sufrieron los estragos de las inundaciones.
El ayuntamiento invirtió mucho dinero en estas contingencias, ya que muchos trabajaron horas extras, se contrataron pipas para desagüar calles anegadas, además, el personal de las diferentes dependencias que colaboró para auxiliar a la población, principalmente Seguridad Pública, Bomberos, Protección Civil y Desarrollo Social.
Los daños al municipio también fueron mayores, por lo que ahora viene el recuento de los mismos, así como la reparación de vialidades, muchas de las cuales sufrieron severas afectaciones en su pavimento, convirtiéndose calles y avenidas como una zona de guerra, en las que abundan los hoyancos, las zanjas y baches de gran tamaño. Jorge Zermeño Infante, alcalde de Torreón, sabe que no la tendrá fácil, que habrá de invertir muchos billetes en la repavimentación y en los apoyos a las familias afectadas, ya que de no hacerlo, corre el riesgo de ser duramente criticado por quienes sufrieron durante las inundaciones.
El sector empresarial también tuvo pérdidas, daños en sus estructuras, además que mucho del personal batalló para llegar al trabajo o simplemente no acudió.
Todavía se pueden ver algunas colonias con sus calles anegadas, por lo que el ayuntamiento sigue con el retiro del agua, para dejar esas arterias transitables. Cuadrillas de trabajadores de limpia se pueden observar como barren las calles y la verdad, da tristeza que después de estas lluvias, la gente siga tirando botes de plástico, pañales, papeles y demás, lo cual provoca que los drenajes o las alcantarillas se tapen, que el agua no pueda fluir y se presenten las inundaciones.
Todo parece indicar que ya las lluvias torrenciales no regresarán, por lo que pasada contingencia y el recuento de los daños, todo pasará al cajón de los recuerdos. Adiós a un sistema pluvial, se repetirá la historia y estas “lluvias atípicas” quedarán en el olvido.
walter.juarez@milenio.com