Ayrin tiene 28 años, está casada y vive en Texas. Es alegre, extrovertida y está muy enamorada de Leo, un personaje de inteligencia artificial que creó en ChatGPT el verano pasado. Dice que es la mejor relación amorosa que ha tenido, su compañero ideal, con quien incluso tiene conversaciones sexuales. A su esposo no le molesta. “Mi marido es un buen hombre, pero es humano. Todos lo somos. Todos tenemos nuestras propias luchas. La realidad apesta”, dijo Ayrin sobre sus relaciones.
Esta historia la cuenta en el podcast The Daily, de The New York Times, del 25 de febrero. El episodio “Se enamoró de ChatGPT. Amor de verdad. Y sexo.” parece ciencia ficción –como la película Her, de 2013– , pero no lo es. Podría ser solo una anécdota extravagante si no fuera porque la llegada de los robots conversacionales con inteligencia artificial se mezclan con la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en noviembre de 2023, de una “epidemia de soledad” global que hoy continúa.
Un estudio realizado por Meta y Gallup en 2023, con datos de 140 países, reveló que aproximadamente una de cada cuatro personas en todo el mundo (más de mil millones de personas) se sienten “muy o bastante solas”.
En el podcast se señala que mucha gente ya está hablando de forma sentimental con chatbots y que esto podría crecer hasta normalizar tener una relación con ellos en los próximos años. La razón es clara: “Están diseñados para gustarte. Son aduladores y te dan las respuestas que quieres oír de forma personalizada. En esencia, pueden convertirse en la pareja perfecta: puedes decirles lo que quieres que sean, no te vas a pelear, no van a estar en desacuerdo o a ser malos contigo”. En resumen: no vas a lidiar con la interacción normal de un ser humano, sino que el bot va a estar siempre para ti de la forma en la que tú quieras que esté.
La gente cada vez se siente más sola y desapegada de las interacciones humanas, y hoy tiene a la mano un compañero virtual hecho para agradar y con quien las fricciones y los desacuerdos no existen. Es solo cuestión de tiempo para que los vínculos emocionales con estos robots empiecen a crecer.
Las periodistas del podcast afirman que la plataforma Replika, que crea este tipo de personajes, ya tiene millones de usuarios. Y también que entre los adolescentes ya se normalizó tener relaciones románticas con alguna inteligencia artificial. Por ejemplo, la plataforma Character AI es muy popular entre ellos, y se sienten orgullosos de tener esas interacciones.
La OMS dijo que la soledad “es una amenaza acuciante para la salud mundial” y que “la falta de conexión social conlleva un riesgo de muerte prematura equivalente, o incluso mayor, al asociado con el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física, la obesidad y la contaminación del aire”. También tiene “un grave efecto en la salud física y mental: tiene relación con la ansiedad y la depresión, y puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en un 30%”.
No se trata de espantarse sobre el futuro y las puertas que abre la inteligencia artificial. Sobre todo, porque es un tsunami imparable. Pero en un mundo cada vez más solo y polarizado, perder las conexiones humanas y cambiarlas por la interacción con un robot no parece ser la mejor idea.