La app china TikTok es la que tiene mayor crecimiento e incidencia recientemente. Y no solo entre los centennials o millennials: en Estados Unidos, para enero de este año, 33 por ciento de los adultos la había usado. En 2021, esa cifra era 12 por ciento menor. A nivel mundial, la app tiene poco más de mil millones de usuarios.
El boom no solo tiene que ver con su algoritmo adictivo, que nos muestra interminablemente videos que sabe específicamente que nos gustarán, también con el entendimiento de qué es lo que la gente necesita hoy en día tras una pandemia y con un mundo en conflicto y desastres naturales: entretenimiento y diversión. Si Twitter y Facebook —en su momento— fueron las redes donde el mundo buscaba informarse y se convirtieron en foros de discusiones importantes, donde los periodistas y los políticos eran factores fundamentales, hoy TikTok es la red donde buscamos evadirnos. Y tiene todo el sentido.
El estudio “A quién siguen los adultos estadunidenses en TikTok”, que acaba de publicar el Pew Research Center, lo deja muy claro: 46 por ciento de los encuestados sigue a creadores de contenido e influencers “medianos”, 38 por ciento a cuentas pequeñas, 6 por ciento a megainfluencers y personalidades de internet, y 2 por ciento a celebridades y personalidades de la cultura pop. Solo 0.4 por ciento sigue a periodistas y medios, y 0.1 por ciento a políticos.
Las cuentas a las que sigue esta gente postean principalmente sobre cultura pop y entretenimiento (39 por ciento); música viral, bailes o lip-sync (37 por ciento); y humor y comedia (36 por ciento). Solo 10 por ciento de los posteos son sobre política y 5 por ciento sobre noticias. La gente está buscando entretenerse, no informarse de lo que sucede en el mundo, y esta tendencia lleva años.
Eso nos lo ha mostrado insistentemente el Digital News Report del Reuters Institute for the Study of Journalism. En su edición 2024 señaló que se observa a nivel mundial “un aumento de quienes evitan selectivamente las noticias”: 39 por ciento de los encuestados dijeron que “a veces o a menudo” evitan enterarse de lo que sucede en el mundo, 10 puntos más que en 2017. ¿Por qué? Porque “los medios suelen ser monótonos y aburridos” y “la naturaleza negativa de la información les causa ansiedad e impotencia”. Dice también que los conflictos en Ucrania y Oriente Medio podrían haber ocasionado ese impacto. Yo agregaría la depresión y el burnout post-pandemia, lo irresoluble del cambio climático y el crecimiento de la ultraderecha en el mundo.
Por el contrario, TikTok es el capibara de internet y de las redes sociales: se lleva bien con todos, no te da problemas, es bonito a la vista y puedes pasar horas viéndolo. Por supuesto, esa apariencia linda tiene un posible lado oscuro: ByteDance, la empresa china de la que es propiedad, ha sido acusada por el gobierno de Estados Unidos de espiar a los usuarios y guardar sus datos sensibles.
Más allá de la guerra tecnológica entre ambos países, lo que queda claro es que TikTok entiende que hoy la gente está cansada de las noticias y de la forma tradicional de obtenerlas. Que lo que está buscando es un respiro de esta realidad agotadora. Es entendible, aunque también deberíamos saber que evadir lo terrible que sucede en el mundo no hace que desaparezca. Cerrar los ojos no hace que el monstruo huya, solo le da oportunidad de que se acerque más.