El fracaso debe de ser visto como un escalón más en el camino al éxito, es parte del crecimiento personal del emprendedor y de la mejora del sentido de los negocios. De acuerdo con el estudio presentado por el Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera, en el caso de México, las 5 principales razones para el fracaso son:
1. Los ingresos no son suficientes para subsistir. En otras palabras,solo se tiene el financiamiento necesario para la operación del periodo.
2. La falta de indicadores. No existe claridad en la planeación de los objetivos del negocio, en el motivo para qué se trabaja y en los rendimientos requeridos y esperados.
3. La falta de un proceso de análisis.Se justifica pensando que era su primer negocio además de pensar que, en teoría el emprendedor conoce muchos conceptos aprendidos en la universidad o en otros trabajos; en la práctica es muy distinto ser empleado en relación con ser responsable total de tu propio negocio.
4. La planeación es deficiente. Identificada en la carencia de una visión definida y la experiencia de desempeñar un papel directivo.
5. El problema a la ejecución.El emprendedor se dedica a planear sin salir a comprobar si sus hipótesis también eran lógicas e interesantes para el consumidor final.
Debemos de comprender que el emprendimiento y el fracaso van de la mano. El emprendimiento lleva consigo objetivos importantes como buscar independencia, autorrealización, innovación y ganar el respeto de los demás. El interés por el emprendimiento existe y va en aumento, se vuelve común. El fracaso también lo es. Por ello es indispensable entenderlo y aceptarlo como una etapa en el proceso.
En el afán de impulsar la cultura emprendedora, el concepto de resiliencia es uno de los nuevos elementos que ha sido identificado como vital para el aprendizaje. La resilencia es la capacidad de reponerse ante el fracaso, de confrontar el que los planes no se logren e incluso levantarse después de una pérdida.
El fracaso debe ser visto como un escalón más en el camino al éxito, es parte del crecimiento personal y de la mejora del sentido de negocio. Cuando el emprendedor regrese el tiempo y piense en su fracaso, lo verá como parte de una formación, como un aprendizaje que le ha llevado al momento actual.
De tal forma, el espíritu emprendedor es, tener la pasión para proponer e implementar soluciones innovadoras transformando la realidad y generando valor social, ambiental y económico, en el ámbito de cualquier actividad que desarrollen, no solamente en el sentido de la generación de empresas.